¿Podría el turismo causar la prohibición del yagé?

La comercialización masiva de la planta base de esta bebida ancestral ha puesto en riesgo su reputación. Según “The Economist” podría entrar en el régimen de prohibición de alucinógenos.

Redacción Judicial
15 de junio de 2019 - 08:29 p. m.
Según la publicación británica, consumir yagé es “tanto un acto político como un símbolo cultural”. / Archivo El Espectador
Según la publicación británica, consumir yagé es “tanto un acto político como un símbolo cultural”. / Archivo El Espectador

El uso del “yagé”, una bebida ancestral de pueblos indígenas amazónicos se ha popularizado tanto en los últimos años, que ya personas que aseguran ser chamanes organizan tomas del alucinógeno con turistas a quienes les cobran menos de $200.000, según la revista británica The Economist. En un artículo titulado “Bad trip”, la prestigiosa publicación advierte que este creciente interés en la bebida podría ser el final de la legalidad de la ayahuasca—planta base de la preparación—.

::El disgusto de los indígenas cofanes por mal uso del yagé:: 

Por años, los pueblos indígenas se han opuesto a que se prohíba la bebida y líderes amazónicos han testificado hasta en las altas cortes, para que en Colombia se adopte la noción de que la ayahuasca no entra en el régimen prohibicionista de drogas que incluye otras plantas con efectos alucinógenos como la marihuana o la coca. En este contexto es que The Economist asegura que, en nuestro país, consumir yagé es “tanto un acto político como un símbolo cultural”, pues es una expresión de la autonomía que les garantiza la Constitución de 1991 a las comunidades indígenas.

Sin embargo, hay varios factores que, según la publicación birtánica, podrían dar pie a la prohibición de la raíz ancestral. Por un lado, curiosos que quieren un “viaje” así como turistas motivados por estudios científicos que sugieren que el principio activo de la ayahuasca sirve para tratar diversas condiciones psicológicas, han aumentado la demanda de la bebida en todo el país. Chamanes jóvenes han surgido para atender esta demanda y organizan grandes ceremonias con hasta 100 personas, en las cuales podrían estar modificando la bebida con otros agregados.

::Ayahuasca ya se consumía hace mil años en rituales precolombinos:: 

Una de las plantas que se estaría mezclando en el yagé es el “borrachero”, que tiene efectos relajantes y puede dejar vulnerable a quien la tome. Recientemente, se conocieron casos de abusos sexuales en las ceremonias en que se comparte la bebida, pues los nuevos chamanes se estarían aprovechando del estado de indefensión en que quedan las personas. Uno de los casos que se conoció fue el de Édgar Gaitán, quien, como denunció este diario, abusó de tres menores de edad entre 2008 y 2012 en una finca de La Vega (Cundinamarca). Además, se tiene registro de por lo menos una turista extranjera que murió durante estas ceremonias.

(Lea también: Édgar Gaitán, el falso taita que resultó violador serial)

Según Alhena Caicedo, una antropóloga de la Universidad de Los Andes citada por The Economist, es muy difícil convencer a la gente de dejar de vender ayahuasca masivamente, pues “la mayoría son muy pobres y no tienen otras capacidades”. Además, la académica teme que, si la raíz ancestral continúa este camino de popularidad, podría pasar lo mismo con la coca: al comienzo, comunidades indígenas la consideraban sagrada, pero cuando creció el consumo de cocaína los cultivos quedaron a merced de carteles y grupos armados.

Por Redacción Judicial

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