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En un operativo conjunto de la Policía y la Fiscalía, capturaron a otro posible responsable de un crimen que recientemente generó repudió nacional: el asesinato de Sara Millerey, la integrante de la comunidad LGBTIQ+ asesinada el pasado 4 de abril en Bello, Antioquia.
El hombre capturado por las autoridades es Juan David Echavarría Zapata, alias Chucky, quien sería miembro del grupo delincuencial El Mesa. Según la Policía, tiene antecedentes por los delitos de concierto para delinquir, homicidio y tráfico de estupefacientes.
¡𝐂𝐀𝐄 𝐄𝐋 𝐎𝐓𝐑𝐎 𝐒𝐄𝐍̃𝐀𝐋𝐀𝐃𝐎 𝐀𝐔𝐓𝐎𝐑 𝐌𝐀𝐓𝐄𝐑𝐈𝐀𝐋 𝐃𝐄𝐋 𝐂𝐑𝐈𝐌𝐄𝐍 𝐃𝐄 𝐒𝐀𝐑𝐀! En Buenos Aires (Antioquia), en desarrollo de la ofensiva contra el multicrimen y el delito, la @PoliciaColombia , en coordinación con la @FiscaliaCol, capturó a Juan David… pic.twitter.com/KzwhwWHKst
— Brigadier general Carlos Fernando Triana Beltrán (@DirectorPolicia) May 25, 2025
A inicios de mayo, la Policía había capturado en ese municipio a Juan Camilo Muñoz Gaviria, como otro presunto partícipe de la acción criminal.
“Con este resultado se logra el esclarecimiento de este homicidio y se consolida la lucha contra actores delincuenciales que vienen afectando comunidades vulnerables”, señaló la Policía a través de sus redes sociales.
¿Cómo fue el crimen?
Cuando ocurrió el crimen, el secretario de Seguridad de Bello, José Rolando Serrano, contó que el hecho se registró en el barrio Playa Rica: “inmediatamente se hace la alerta al 123, el cuadrante llega en cuestión de minutos y evidencia lo que está pasando con Sara, por lo que llamamos a Bomberos que hace el rescate de ella de las aguas y la pone en la ambulancia para llevarla a la clínica La María (en Medellín)”, donde finalmente falleció.
Antes de morir Sara Millerey habló de varios sujetos que la golpearon, pero, según lo que alcanzó a decir en su agonía, no los conocía. A partir de allí, las autoridades empezaron a recoger los videos de las cámaras de seguridad para apoyar las labores de identificación de los responsables.
Sara Millerey era una mujer trans de 32 años que vivía junto a su mamá, cerca a la zona en la que se presentó el crimen, aunque era reconocida en el municipio, debido a que se la pasaba en las calles por un problema con el consumo de sustancias psicoactivas, que sus familiares intentaron tratar en varios ocasiones.
“Me dijo que empezó a ser muy rebelde desde pequeña y que en esa época habría sufrido de abuso sexual por parte de un familiar. Luego, en la adolescencia se dio cuenta de que era mujer atrapada en un cuerpo de hombre y empezó a cambiar su aspecto, pero sufría mucho por lo del abuso y porque no se hallaba”, dijo a Teleantioquia una de sus amigas.
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