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Jorge Enrique Mendieta Rivas llegó a la empresa Eternit en enero de 1963. Fue jefe de producción de la planta de tubos y otros productos de asbesto hasta el 5 de mayo de 1998. Durante sus años en la empresa adquirió un mesotelioma de la pleura maligno del hemitórax derecho, un tipo de cáncer, producto de su exposición al material. Murió el 13 de diciembre de 2008. Casi once años después, la justicia falló a su favor: la Corte Suprema de Justicia ordenó indemnizar a su familia.
La familia de Mendieta inició su reclamo cuando éste todavía estaba vivo. Sus argumentos eran contundentes: la empresa no le suministró elementos de protección para mitigar los efectos dañinos del asbesto, pues solo tenía mascarillas de papel que no protegían efectivamente sus vías respiratorias. Treinta y cinco años de exposición afectaron irremediablemente sus pulmones. Desde el 2002 fue más notorio el deterioro de su salud. Una cirugía que tuvieron que asumir con sus recursos en 2006 no fue suficiente.