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La espera de más de dos décadas de los hermanos Orozco parecía haber llegado a su fin en febrero de 2021. Tras un largo proceso judicial, el Tribunal de Cartagena ordenó restituirles a los herederos de Pablo Orozco la finca que la violencia paramilitar les arrebató: Campo Florido, ubicada en la vereda El Platanal, en lo que hoy se conoce como el corredor minero del Cesar. Ha pasado más de un año y no han podido volver a esa tierra y, seguramente, no podrán hacerlo jamás. El predio está ubicado sobre el título minero que el Estado le concedió a la multinacional Drummond para explotar carbón. Es inhabitable, no hay vegetación y hoy funciona allí el botadero de la mina.
(En contexto: A juicio presidente de Drummond Colombia por presuntos nexos con paramilitares)