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La defensa del saliente presidente de la Corte estará en cabeza de los abogados Yesid Reyes, Alfredo Beltrán Sierra y Ramiro Bejarano. Valencia Copete decidió defenderse de las declaraciones del mandatario nacional, en las cuales lo acusó de injuria y calumnia por haber asegurado en una entrevista a El Espectador, que Uribe lo había llamado para preguntar detalles sobre la relación de su primo Mario Uribe, con la parapolítica y por qué éste había sido llamado a indagatoria.
Por su parte, el magistrado reiteró que sí recibió tal llamada el pasado 26 de septiembre de 2007 y se mostró respetuoso ante las acusaciones que se adelantan en su contra, por los presuntos delitos de injuria y calumnia.
Además, los abogados sostienen que el documento de la demanda, fue presentado al Congreso de la República, según aparece, por el propio mandatario nacional, durante los días que estuvo de gira en Europa, por lo que sostienen que el mismo es ilegal.
Comisión de Acusación definirá quién miente
La entrevista que el saliente presidente de la Corte Suprema le dio a este semanario causó roncha en el Ejecutivo. Presidente denunciará por injuria al magistrado.
En momentos en que el sinuoso y problemático escenario de las relaciones diplomáticas con Venezuela preocupa en demasía a la opinión pública, y precisamente cuando, pese al convulsionado panorama internacional, las aguas parecían reposarse entre el presidente Álvaro Uribe y la Corte Suprema de Justicia -luego de los ya conocidos episodios de disgustos y encontronazos protagonizados el año pasado-, un nuevo rifirrafe entre estos dos poderes volvió a crispar el ambiente y, de paso, revivió un incidente que causó ampolla: el presunto disgusto del Primer Mandatario por la vinculación de su primo Mario Uribe al escándalo parapolítico.
En entrevista con El Espectador, la semana pasada, el saliente presidente de la Corte, magistrado César Julio Valencia Copete, contó que el presidente Uribe lo llamó el 26 de septiembre pasado para expresarle su molestia por las supuestas dádivas que el magistrado Iván Velásquez -jefe de la Comisión Investigadora de la parapolítica- estaría ofreciéndole a Tasmania, un detenido ex miembro de las autodefensas, para que declarara en contra de Mario Uribe y del propio Jefe de Estado. En su momento, el asunto suscitó una agria controversia que hoy investiga la Fiscalía.
Valencia Copete, sin embargo, reveló un incidente desconocido: dijo que Uribe, irritado, en esa misma llamada le manifestó su preocupación por el llamamiento a indagatoria que la Corte le hizo al senador Mario Uribe Escobar. Esta grave afirmación revolvió los ánimos del Primer Mandatario, quien en carta enviada el lunes pasado le pidió al magistrado "hacer memoria" por cuanto "Jamás le he tratado a usted o a miembro alguno de la honorable Corte Suprema de Justicia temas que se refieran a personas de la política investigadas por presuntos vínculos con paramilitares".
Y quién dijo miedo. El magistrado, desde París, le respondió este jueves al Primer Mandatario que "como las respuestas que di a la periodista Cecilia Orozco de El Espectador, a las cuales me atengo, quedaron circunscritas a los términos referidos, y corresponden en forma fiel y estricta a la realidad, no existe ninguna razón por la que deba rectificar". Y fue Troya. El Presidente expidió un comunicado informando que jamás el nombre de su primo ha salido a relucir en conversación alguna con cualquier magistrado de la Corte y que, por lo tanto, demandaría al magistrado por injuria y calumnia.
Más allá de si el Presidente le habló o no al magistrado Valencia Copete sobre la situación jurídica de su primo Mario Uribe, lo cierto es que esa llamada se produjo -como el propio mandatario reconoció después en múltiples entrevistas- el mismo día en que la Corte Suprema vinculó formalmente al senador y ex presidente del partido Colombia Democrática dentro de la investigación que adelanta por los nexos del paramilitarismo y la clase política. Dos días después de la decisión del alto tribunal, Uribe Escobar renunció al Senado y quedó a órdenes de la Fiscalía.
Paralelamente a esta investigación, otro fiscal delegado ante la Corte Suprema indaga la presuntas irregularidades del magistrado Iván Velásquez Gómez denunciadas por el presidente Uribe a mediados de octubre del año pasado. En ese momento, el Jefe de Estado anunció que el detenido paramilitar José Orlando Moncada, Tasmania, le envió una carta desde prisión en la que lo alertaba sobre la supuesta persecución del magistrado Velásquez y sobre los beneficios procesales que le ofrecieron para que declarara en su contra.
En concreto, señaló Tasmania, el investigador de la Corte le pidió que acusara a Uribe Vélez de ordenar el asesinato de alias René, comandante de las Auc en el nordeste antioqueño. De inmediato el magistrado Velásquez refutó con vehemencia estos señalamientos y anunció que tomaría acciones penales en contra de Tasmania. Pero el asunto no quedó ahí. El presidente Uribe inició una ofensiva mediática en la que acusó a los miembros de la Corte Suprema de ser clientelistas y puesteros; también llamó a Valencia Copete "farsante". La Corte respondió calificando las declaraciones de Uribe como una "obstrucción a la justicia".
¿Quién tiene la razón? ¿El magistrado Valencia Copete o el Presidente? La justicia, esta vez en cabeza de la Comisión de Acusación de la Cámara de Representantes, deberá resolver de una buena vez quién miente. Porque alguien miente, qué duda queda. Lo cierto es que esta nueva escaramuza entre los dos máximos representantes de los poderes Ejecutivo y Judicial llega en momentos críticos, por decir lo menos, frente al complejo e irresoluto panorama diplomático de Colombia con el gobierno del presidente venezolano Hugo Chávez Frías.
Un nuevo capítulo de confrontación entre poderes se abrió esta semana. Precisamente cuando el nuevo presidente de la Sala Penal de la Corte, magistrado Sigifredo Espinosa, pidió "rodear" al Presidente, a propósito del agitado escenario con el vecino país. Muy saludable sería para la democracia que la justicia actuara con prontitud y despejara las dudas en torno a este reciente rifirrafe de señalamientos