Pretelt se aferra al cargo de magistrado

“No renunciaré a la Corte Constitucional porque soy inocente”. Con esas palabras el magistrado Jorge Pretelt aseguró que seguirá ocupando su puesto en las altas cortes y que, a pesar de convertirse en el segundo aforado que será juzgado por el Senado, se defenderá hasta en instancias internacionales porque fue ingenuo en confiar en las instituciones del Estado. “Yo llegué al proceso que se me adelanta condenado”, manifestó a través de un comunicado de prensa el magistrado luego de conocer que en una sesión reservada la Cámara de Representantes, con 96 votos a favor y 45 en contra, lo acusó formalmente.

Ahora tendrá que defenderse en un juicio político histórico y pese a las voces que piden su renuncia como magistrado, Pretelt se aferra a su cargo bajo el argumento de que su caso se trata de una persecución de la Fiscalía, de un atropello al debido proceso y de un “abierto y descarado interés del Gobierno” de sacarlo de la Corte Constitucional. Por su parte, el magistrado Jorge Iván Palacio le envió una carta a la presidenta de la Corte, María Victoria Calle, en la que le pedía convocar a una sala plena extraordinaria para pedir la renuncia de Pretelt.

El argumento del magistrado Palacio es que Pretelt puede ejercer mejor su defensa si está por fuera de la Corte Constitucional y por esa razón les propone a todos sus colegas que en un llamado conjunto le pidan la dimisión. La propuesta se discutirá mañana viernes en una sala extraordinaria, pero, al parecer, poco efecto puede llegar a tener, ya que los magistrados del alto tribunal no pueden sacar a Pretelt de la corporación ni obligarlo a renunciar.

El histórico juicio político que adelantará el próximo año en el Senado no es más que un proceso clandestino. “El Congreso, de manera arbitraria y por orden del Gobierno, resolvió tramitar el asunto en sesiones cerradas”, dijo Pretelt, quien agregó que detrás de todo está la Fiscalía. Advirtió que es un organismo “que no tiene competencia para investigar a los representantes a la Cámara, amenazó con denunciarlos penalmente y ante el Consejo de Estado para que votaran en mi contra”.

Entre otros argumentos que expuso el magistrado Pretelt sobre su proceso, señaló que el trasfondo de su salida se debe a que él se ha opuesto a algunos temas de paz y en los próximos meses se discutirán temas sensibles para el proceso, como el plebiscito. Finalmente, Pretelt indicó que la acusación en su contra, elaborada por el congresista Julián Bedoya, está “colmada de suposiciones y de conclusiones falsas. Todo el proceso está construido sobre chismes sin coherencia ni fundamento”. Por el momento, la primera pelea de Pretelt será este viernes contra sus compañeros, ya que él insiste en que no renunciará a su puesto como magistrado de la Corte Constitucional.

“No renunciaré a la Corte Constitucional porque soy inocente”. Con esas palabras el magistrado Jorge Pretelt aseguró que seguirá ocupando su puesto en las altas cortes y que, a pesar de convertirse en el segundo aforado que será juzgado por el Senado, se defenderá hasta en instancias internacionales porque fue ingenuo en confiar en las instituciones del Estado. “Yo llegué al proceso que se me adelanta condenado”, manifestó a través de un comunicado de prensa el magistrado luego de conocer que en una sesión reservada la Cámara de Representantes, con 96 votos a favor y 45 en contra, lo acusó formalmente.

Ahora tendrá que defenderse en un juicio político histórico y pese a las voces que piden su renuncia como magistrado, Pretelt se aferra a su cargo bajo el argumento de que su caso se trata de una persecución de la Fiscalía, de un atropello al debido proceso y de un “abierto y descarado interés del Gobierno” de sacarlo de la Corte Constitucional. Por su parte, el magistrado Jorge Iván Palacio le envió una carta a la presidenta de la Corte, María Victoria Calle, en la que le pedía convocar a una sala plena extraordinaria para pedir la renuncia de Pretelt.

El argumento del magistrado Palacio es que Pretelt puede ejercer mejor su defensa si está por fuera de la Corte Constitucional y por esa razón les propone a todos sus colegas que en un llamado conjunto le pidan la dimisión. La propuesta se discutirá mañana viernes en una sala extraordinaria, pero, al parecer, poco efecto puede llegar a tener, ya que los magistrados del alto tribunal no pueden sacar a Pretelt de la corporación ni obligarlo a renunciar.

El histórico juicio político que adelantará el próximo año en el Senado no es más que un proceso clandestino. “El Congreso, de manera arbitraria y por orden del Gobierno, resolvió tramitar el asunto en sesiones cerradas”, dijo Pretelt, quien agregó que detrás de todo está la Fiscalía. Advirtió que es un organismo “que no tiene competencia para investigar a los representantes a la Cámara, amenazó con denunciarlos penalmente y ante el Consejo de Estado para que votaran en mi contra”.

Entre otros argumentos que expuso el magistrado Pretelt sobre su proceso, señaló que el trasfondo de su salida se debe a que él se ha opuesto a algunos temas de paz y en los próximos meses se discutirán temas sensibles para el proceso, como el plebiscito. Finalmente, Pretelt indicó que la acusación en su contra, elaborada por el congresista Julián Bedoya, está “colmada de suposiciones y de conclusiones falsas. Todo el proceso está construido sobre chismes sin coherencia ni fundamento”. Por el momento, la primera pelea de Pretelt será este viernes contra sus compañeros, ya que él insiste en que no renunciará a su puesto como magistrado de la Corte Constitucional.