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Dos conceptos totalmente contrarios, emitidos el pasado 8 de octubre por la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, sobre dos guerrilleros pedidos en extradición por el gobierno de los Estados Unidos por conformar una red de apoyo logístico al frente 1º de las Farc –encargado de vigilar los secuestrados que fueron rescatados por la Fuerza Pública el pasado 2 de julio en la ‘Operación Jaque’–, tienen desconcertada a la Embajada de E.U. en Colombia.
Por los mismos hechos, con las mismas pruebas y soportados en la misma acusación de una corte federal del Distrito de Columbia, en un primer caso, con ponencia de la magistrada María del Rosario González, la Corte conceptuó favorablemente la solicitud de extradición de Luz Mery Gutiérrez Vergara; pero en un segundo proceso, con ponencia del magistrado José Leonidas Bustos, emitió concepto adverso al requerimiento judicial de E.U. para el envío a ese país del guerrillero Bladimir Culma Sunz.
El 25 de septiembre de 2007 la Corte del Distrito de Columbia, basada en las declaraciones juradas del fiscal auxiliar M. Jeffrey Beatrice y del agente especial del FBI Lázaro Andino, acusó a Luz Mery Gutiérrez Vergara y a Bladimir Culma Sunz de los delitos de concierto y conspiración para suministrar material de apoyo o recursos a las Farc. Según la acusación de la Corte Federal –que es la misma que lleva el caso de los ‘carceleros’ de las Farc César y Gafas–, entre 2002 y 2007 Gutiérrez Vergara y Culma Sunz se confabularon para proporcionarle recursos a una organización terrorista.
“El propósito era ayudar a las Farc por medio de la creación de una red de apoyo logístico y suministros. La red fue estructurada para adquirir armas, municiones, dispositivos de alta tecnología, dinero y otros materiales y suministros para entregarlos, junto con otra mercadería, incluyendo rehenes, a las Farc”, se lee en el escrito de acusación del Distrito de Columbia. Precisamente, durante la adquisición por parte del frente 1º de las Farc de equipos satelitales de comunicación, fue que las autoridades de Estados Unidos y de Colombia lograron infiltrar sus movimientos, monitorear sus pasos y liberar a Íngrid Betancourt, los tres contratistas norteamericanos y 11 miembros de la Fuerza Pública en desarrollo de la ‘Operación Jaque’.
El 17 de marzo de 2008 el Gobierno de los Estados Unidos, mediante nota verbal solicitó la detención con fines de extradición de Bladimir Culma Sunz y Luz Mery Gutiérrez Vergara. El 13 de junio se formalizó la referida solicitud y se adjuntó en ambos procesos para soportarla, la acusación Nº 07-248 (RCL) del 25 de septiembre de 2007 dictada por la Corte Federal del Distrito de Columbia. Dicho de otro modo, el proceso es el mismo, las pruebas y evidencias en su contra también, pero los conceptos de la Corte, proferidos además el mismo día –el 8 de octubre– son totalmente contrarios. Y algo más: ni la magistrada González ni el magistrado Bustos mostraron reparos a la hora de firmar los conceptos de su colega. ¿Qué pasó?
En el caso de Luz Mery Gutiérrez, en una providencia de 42 páginas, la Corte emitió concepto favorable para su extradición. De acuerdo con el proceso, el frente 1º de las Farc constituyó una red de apoyo logístico que estaba bajo el control de Gerardo Antonio Aguilar, alias César, y de su compañera permanente, Nancy Conde Rubio, alias Doris Adriana, quien se comunicaba con frecuencia con Luz Mery Gutiérrez, encargada de manejar una central telefónica en Villavicencio al servicio de las Farc con capacidad técnica para conectar llamadas “a las más modernas líneas de teléfonos celulares que tienen miembros de esa organización en Colombia y otros países”.
En el proceso de Bladimir Culma Sunz, alias Vladimir, en una providencia de 17 páginas cuyo ponente fue el magistrado José Leonidas Bustos, la Corte negó la solicitud de extradición argumentando que la Constitución colombiana prohíbe la extradición de nacionales cuando el delito por el que se les procesa fue cometido en territorio patrio. En otras palabras, sostuvo el alto tribunal, luego de confrontar los cargos de Culma Sunz “se establece, sin mayores dificultades que los comportamientos delictivos que se le endilgan sobre apoyar con suministros a las Farc sucedieron en Colombia”.
Lo curioso, sin embargo, es que según las evidencias y la misma acusación del Distrito de Columbia, Luz Mery Gutiérrez también cometió los delitos en Colombia, pero con el propósito de apoyar las actividades de la guerrilla de las Farc para la consecución de armas y dinero al frente 1º, encargado de vigilar a los secuestrados políticos. El asunto tiene preocupada a la Embajada de E.U. que pidió la extradición de César y Gafas, los carceleros de las Farc, y que teme que se nieguen sus extradiciones por la misma vía que negó la de Bladimir Culma Sunz: que sus delitos fueron cometidos en Colombia.