
Fabio Castillo llegó a El Espectador a trabajar de la mano con don Guillermo Cano.
Foto: Archivo El Espectador
“Un lunes cualquiera me llamó una fuente: ‘Fabio, te tienes que venir urgente porque acabamos de encontrar el búnker de Jaime Michelsen’. Era un parqueadero en el centro de Bogotá y, en el tercer piso, había un cuarto blindado. Lo que encontramos fue que ahí estaban archivados todos los documentos de los autopréstamos del Grupo Grancolombiano”. La frase podría ser el comienzo de una impactante serie de televisión, pero fue parte del anecdotario del periodista Fabio Castillo Ulloa en la caída de uno de los poderosos de los años 80, el banquero...
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