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¿Quiénes están matando a raperos de Medellín?

ONG advierte que hay una persecución contra “esos jóvenes que no han querido integrarse a los grupos armados” y no contra los artistas.

Wálter Arias Hidalgo / Medellín
13 de enero de 2014 - 10:36 p. m.
Los raperos de la Comuna 13 han organizado varios eventos, como el de la foto, para rechazar la violencia. / Luis Benavides
Los raperos de la Comuna 13 han organizado varios eventos, como el de la foto, para rechazar la violencia. / Luis Benavides

En medio de la indignación y el silencio, familiares y amigos despidieron ayer en la tarde a otro hijo del rap de la Comuna 13 de Medellín. Fue abaleado el viernes en la noche y murió el domingo en la madrugada. Era un adolescente que veía en el hip-hop un estilo de vida: cantaba, componía, participaba en talleres, acudía a conciertos; incluso sembraba plantas con su colectivo Semillas del Futuro.

Así lo recuerda esta familia del rap que en 52 meses, desde agosto de 2009, ha despedido a 12 de sus miembros, asesinados en algún barrio de la capital antioqueña. Juan Camilo Giraldo, así se llamaba el muchacho, más conocido como Morocho, es el de menos edad de todos los caídos por las balas: tenía 14 años.

¿Existe una persecución contra estos artistas? Los mismos raperos y analistas del conflicto aseguran que no. “Estas muertes no tienen nada que ver con el movimiento hip-hop”, dice Santiago Higuita, periodista y rapero. “Si bien tenemos una posición política e ideológica concreta, esto se debe a las dinámicas propias de la comuna”.

La dinámica de la violencia, por ejemplo, indica que esta zona del occidente de Medellín es la más golpeada por los homicidios en los últimos años: de los 8.042 asesinatos cometidos en la ciudad entre 2009 y 2013, 963 personas fueron asesinadas allí: el 11%, según Medicina Legal.

Justamente en ese sector se concentra el mayor movimiento de hip-hop de Medellín y donde los colectivos juveniles son más activos. Por eso AKA (así se hace llamar), uno de los representantes de Semillas del Futuro, colectivo al que pertenecía Juan Camilo, dice: “No nos matan por ser artistas sino por ser jóvenes. (….) No es una persecución contra los artistas, es una persecución contra los jóvenes”. De las 7.119 personas que fueron asesinadas en Medellín entre 2009 y 2012, 5.282, es decir, el 74% del gran total, estaban en el rango de los 10 a los 35 años.

Por eso, Adriana Arboleda, abogada de la Corporación Jurídica Libertad, una de las ONG que más han analizado el conflicto de esa zona, coincide con Higuita y AKA. “Se trata de una dinámica propia de la comuna. Aunque hemos llamado la atención respecto a que son estos muchachos quienes justamente han señalado la necesidad de que la comuna esté libre de combos y de fronteras invisibles, no es una persecución hacia un grupo en particular sino a todos esos jóvenes que no han querido integrarse a los grupos armados”, dice.

Por ejemplo, en el fallo de condena contra Juan David Vargas Monsalve y Carlos Santiago Mira Durango por el homicidio del cantante de rap Daniel Alejandro Sierra Montoya —perpetrado el 26 de marzo de 2011 en el barrio Antonio de la Comuna 13—, se establece que la causa de la muerte del artista fue porque “ingresó al territorio de una de las bandas que delinquen en el sector”. Así lo asegura un comunicado de la Fiscalía de septiembre de 2011.

En septiembre del año pasado, el jefe de una banda delincuencial fue asegurado por su presunta responsabilidad en la muerte del cantante Roberth Steven Barrera, ocurrida el 19 de noviembre de 2012 en el barrio Veinte de Julio de la Comuna 13.

Según la Fiscalía, el artista “se negó a conformar un grupo delincuencial conocido como El Chispero o los Pirusos”. En el caso de Juan Camilo, José Ángel Mendoza, comandante de la Policía Metropolitana, dijo ayer que la primera hipótesis apunta a que el responsable sería el combo de los Santos. Al parecer, el adolescente habría cometido un hurto en un parqueado y no habría aceptado un llamado de ese grupo delincuencial.

En cualquier caso, AKA insiste en que el Estado no ha ofrecido las garantías suficientes para que los jóvenes de la Comuna 13 se expresen. Al respecto, María del Rosario Escobar, secretaria de Cultura de Medellín, dice que si bien el caso de Morocho “señala la necesidad de ampliar” los esfuerzos y la “mirada sobre la Comuna 13”, la Alcaldía ha estado presente en los momentos de dificultades que han pasado los colectivos culturales de la comuna, lo que ha llevado a desarrollar proyectos, como el de Territorio de Artistas”, entre otros.

El sepelio de Morocho fue justamente un momento de reflexiones. Familiares y amigos solicitaron a los medios, entre otras cosas, no especular sobre la razón de la muerte del joven, ni redactar expresiones como: “Los raperos, los artistas, le quitan soldados a la guerra”. Según ello, frases como estas los pueden convertir en objeto de “peligro” o “amenaza”. Asimismo pidieron que se dijera que la Comuna 13 es también un “escenario donde, en medio de las violencias, la población es valiente, honrada y realiza procesos de vida y resistencia ejemplares”.

 

 

@walterariash

Por Wálter Arias Hidalgo / Medellín

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