Toda la historia del Eln, su radiografía criminal en más de medio siglo de conflicto y el rastro imborrable de centenares de delitos de guerra y de lesa humanidad fueron documentados por la Unidad de Justicia y Paz de la Fiscalía. El fiscal Hernando Castañeda Ariza estuvo al frente de este titánico trabajo y consignó sus pesquisas en una acusación de 849 páginas conocidas por El Espectador. Todos los patrones de macrocriminalidad están allí.
Este diario hizo un resumen de la columna vertebral de esta acusación, que reposa en el Tribunal de Justicia y Paz de Bogotá. Allí se condensó el esfuerzo de la Fiscalía y de las Fuerzas Militares —estas últimas fueron claves con sus bases de datos y reportes— para reconstruir la barbarie guerrillera. Con este antecedente la siguiente pregunta es un poco obvia: ¿para qué pagarle a la firma de Natalia Springer $3.000 millones para realizar lo mismo?