La Corte Suprema de Justicia acaba de ratificar la condena a 6 años de prisión en contra de Jeovany Pedraza Peña, hermano del extraditado paramilitar Éder Pedraza Peña, alias Ramón Mojana y, con ello, dejó en claro como el clan familia construyó todo un emporio económico en la región de Sucre y Cesar. Jeovany Pedraza Peña, un empresario arrocero reconocido en la zona desde los años 80, fue procesado por el delito de lavado de activos.
La historia remonta a 2008, cuando los investigadores de la Unidad de Información y Análisis Financiero (UIAF) advirtieron que Pedraza Peña presentó un aumento del patrimonio bruto de $32 millones a $2.462 millones entre 2002 y 2005 que nunca se pudo justificar debidamente. En la mira estaban las operaciones de las empresa Inversiones Lina María LTDA y la Comercializadora Ganadera La Espiga S.A C.I; así como una serie de testimonios recopilados por la Fiscalía que indicaban que, en realidad, Pedraza Peña manejaba las finanzas del frente La Mojana de las Autodefensas.
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Así lo declaró, por ejemplo, Jairo Castillo Peralta, alias Pittiri, lo que fue clave para su condena. En su defensa, Pedraza intentó que la Corte Suprema le tumbara su condena cuestionando ese testimonio, sin éxito. Para el alto tribunal, los argumentos del empresario no logran revocar las valoraciones que hizo el Tribunal a la hora de condenarlo, ni desacreditar los estudios patrimoniales que hicieron las autoridades.
Ni “las evidentes inconsistencias halladas en los soportes de los ingresos y egresos, en general de la actividad comercial del acusado, con los que se pretendió justificar los extraordinarios incrementos en su patrimonio y de las empresas de las cuales hacía parte el mismo —en algunos casos con familiares suyos, incluido el exparamilitar desmovilizado, Eder Pedraza, su esposa y sus hijos”.
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El fallo conocido por El Espectador, señala que si bien Pedraza se desempeñó como arrocero desde su adolescencia, hay suficientes evidencias de su rol como “productor de bienes afines a los que se desarrollaban en ese sector del país de conocida influencia paramilitar, de lo cual hacía parte su hermano Eder Pedraza Peña”. Y resaltó como su hermano, Ramón Mojana, se desmovilizó como integrante de las autodefensas y posteriormente fue extraditado a Estados Unidos por cargos de narcotráfico.
El frente paramilitar La Mojana, según declaro el propio Eder Pedraza, llegó al Urabá en mayo de 1997. Aunque pretendieron esconderlo, lo cierto es que sus recursos “fueron administrados” por Joevanny. Y para ello utilizó, entre otros, créditos y préstamos para darle a los dineros fachada de legalidad, que llegaron hasta los $11.000 millones entre el 2003 y el 2009, según la justicia colombiana.
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Para la Corte Suprema, es claro que "Jeovanny Pedraza se hizo cargo de los recaudos ilícitos del grupo La Mojana, del que era miembro activo Eder Pedraza Peña —a la sazón, socio, como se dijo, con su esposa e hijos, de algunas de las empresas en las que también participaba el acusado y otros familiares suyos".
Por Redacción Judicial
