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La orden de captura estaba lista y ya se había oficiado a la Policía para que la hiciera efectiva. Un grupo élite de la Dijín había resuelto que el operativo de detención se haría en el Puente Aéreo de Bogotá. Todo estaba perfectamente dispuesto. No obstante, la orden de una fiscal de Derechos Humanos fue abortada en el último minuto. Y quien iba a hacer capturado era ni más ni menos que el alcalde electo de Santa Marta, Carlos Eduardo Caicedo Omar.
Nadie entiende qué pasó, pero lo que sí pudo confirmar El Espectador es que diez días después de que resultara triunfador como primera autoridad de la capital del Magdalena, con más de 74 mil votos, una fiscal de Bogotá ordenó su detención al considerar que existían indicios suficientes de responsabilidad de Caicedo Omar en los crímenes del vicerrector de la Universidad del Magdalena Julio Otero, el decano de la Facultad de Educación Roque Morelli y el estudiante de Economía Hugo Maduro, en hechos ocurridos entre 2000 y 2002.
Los homicidios fueron perpetrados por grupos de autodefensa y en versiones ante la justicia algunos paramilitares relacionaron el nombre de Caicedo Omar con los hechos. No obstante, el hoy electo alcalde de Santa Marta ha atribuido estos señalamientos a la guerra sucia que, dice, emprendió el exgobernador Trino Luna (condenado por parapolítica). Una rivalidad histórica con ribetes judiciales que se ha saldado con carcelazos para ambos bandos.
Un pasado controversial
Abogado de la Universidad Nacional con magíster en docencia universitaria de la Universidad de los Andes, Caicedo Omar desde muy joven mostró su inclinación por la militancia de izquierda, al punto de integrar una lista de la Unión Patriótica para la Constituyente y de participar como vocero en el proceso de paz de la Corriente de Renovación Socialista en 1993. De allí saltó al sector público al hacer parte del gabinete del entonces gobernador del Magdalena Jorge Caballero, también condenado por parapolítica.
En 1996 ganó el concurso para ser rector de la universidad del Magdalena en reemplazo de Osvaldo Pérez Molina. Recibió una institución con un déficit de $30 mil millones y 10 años después, cuando tuvo que retirarse para enfrentar a la justicia, había cuadruplicado el número de alumnos y el presupuesto de la Universidad pasó de $6 mil a $40 mil millones. El éxito de su gestión, ha dicho mil veces, fue quitarles a los políticos el control de la universidad. De ahí viene su enemistad con Trino Luna.
Su paso por la academia, no obstante, ha estado repleto de controversia. Primero porque concilió con algunos trabajadores de la universidad el pago de unas cesantías atrasadas por $4 mil millones. Un arreglo que fue utilizado por sus enemigos políticos para demandarlo por el delito de peculado. En 2004 renunció, pero el grueso de los estudiantes apoyó su gestión y siguió adelante. Pero vendrían más tormentas judiciales. En el año 2006, un fiscal anticorrupción ordenó su captura por malos manejos administrativos.
En octubre de 2007 fue condenado a ocho años de prisión. Caicedo Omar siempre dijo que todo se debía a la publicidad negra, a las amenazas de muerte en su contra y a tener un enemigo político tan fuerte como Trino Luna. Apeló esa condena y resultó absuelto y libre en mayo pasado. Nuevamente salió airoso de un proceso judicial, pero estuvo casi cinco años en prisión domiciliaria. Desde que recuperó su libertad, preparó su candidatura a la Alcaldía de Santa Marta y la respaldó con casi 73.000 firmas.
Resultó elegido alcalde con 74.165 sufragios —más del 50% del total de votos—, para superar a cuatro candidatos que le hicieron contrapeso en la contienda electoral, con una diferencia de más de 34 mil votos sobre el segundo en la lista. Se lanzó a las aguas turbias de la política en representación de la misma colectividad con la que, años atrás, Trino Luna había sido designado por los electores como el gobernador de Magdalena: el Partido Liberal.
Su tesis de campaña fue que los corruptos habían capturado la institucionalidad y él se encargaría de recuperarla. A este diario le dijo, poco después de haber sido elegido, que casi todos los procesos en su contra habían sido cerrados, que es muy paradójico que Trino Luna nada más pagara tres años de prisión mientras él que fue absuelto purgó casi cinco. Y añadió: “Luna está muy activo en Magdalena, tiene mucha capacidad de soborno”.
No obstante, una fiscal de Derechos Humanos seguía recopilando pesquisas en el expediente de Caicedo sobre tres crímenes en la Universidad del Magdalena y la primera semana de noviembre pasado tenía en su poder testimonios y evidencias que la motivaron a expedir una orden de captura en su contra. Pero, como confirmó este diario con funcionarios que tuvieron en su poder dicha orden, ésta se reversó.
Por ahora la Fiscalía se abstendrá de cualquier pronunciamiento, mientras avanza en el recaudo de evidencias.
Caicedo Omar ha dicho una y otra vez que este nuevo expediente hace parte del complot en su contra y, una vez más, reivindica su inocencia. Más allá de las minucias procesales, lo cierto es que agentes de la Policía estuvieron a punto de llevar nuevamente a prisión al alcalde electo. Un mes después de que fuera reversada la detención, poco se sabe de los avances en este expediente. La Fiscalía continúa la investigación con sus tiempos.
Trino Luna, la sombra de Caicedo
La suerte que Carlos Caicedo ha corrido en los últimos años, como él mismo lo ha expresado, no está separada de su enfrentamiento con quien fuera gobernador del Magdalena, Trino Luna Correa. Tras acogerse a sentencia anticipada, Luna fue condenado en octubre de 2007 a tres años y ocho meses de prisión por sus vínculos con el bloque Norte y el bloque Resistencia Tayrona de las Auc y, más específicamente, con sus comandantes Rodrigo Tovar Pupo (‘Jorge 40’) y Hernán Giraldo Serna (‘El Patrón’). En 2003, Luna Correa fue candidato único a la Gobernación de Magdalena, en representación del Partido Liberal, y fue elegido con 293.264 votos. En 2006, sin embargo, Luna Correa resultó mencionado en el computador de ‘Jorge 40’. Apareció una comprometedora foto suya con un jefe ‘para’. Luego, un subalterno de ‘Jorge 40’ confirmó que Luna llevaba a políticos de la región a campamentos paramilitares. Luna Correa fue condenado por concierto para delinquir y, aunque ya recuperó su libertad, la justicia ahora indaga si estuvo involucrado en el asesinato del congresista Fernando Pisciotti.