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Salvatore Mancuso volvió a Colombia, tras más de 15 años de su extradición

El exjefe paramilitar regresó al país, en medio de un fuerte operativo de seguridad, y ahora tendrá que darle la cara a la justicia y las víctimas que llevan casi dos décadas esperando verdad, justicia y reparación. Todavía no es claro si quedará en libertad.

27 de febrero de 2024 - 07:28 p. m.
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El exjefe narcoparamilitar, Salvatore Mancuso, regresó al país, tras mas de 15 años de su extradición a Estados Unidos. Así lo confirmaron las autoridades, quienes participaron en un fuerte operativo de seguridad para recibir al aliado de los hermanos Carlos y Vicente Castaño en el proyecto paramilitar que sumió en el terror a varias zonas del país durante los años 90 y parte de los 2000.

Mancuso estaba en Estados Unidos desde mayo de 2008, cuando el gobierno de Álvaro Uribe Vélez aceptó extraditar a los más importantes jefes paramilitares. Según sus antecedentes, el exjefe paramilitar estuvo detrás de por lo menos 300 muertes y participó en masacres como la de Mapiripán, El Salado o La Gabarra, donde fueron asesinados más de 150 campesinos.

A las 2:40 p.m de este miércoles, el temido exjefe criminal bajó del avión custodiado junto a un fuerte componente de seguridad de la Policía Nacional. A su llegada, su abogado publicó un comunicado suscrito por el condenado Mancuso en el que afirma que viene a Colombia para cumplirle a las víctimas.

“Tengo la tarea de continuar aportando verdad ante el sistema de justicia transicional, no solo con responsabilidad por las implicaciones que tiene en las personas vinculadas en los testimonios, sus familias y las comunidades víctimas, lo haré bajo estrictos estándares que permitan contrastar y determinar que es una verdad cualificada”, señala el comunicado.

(En contexto: Mancuso gana en Corte Constitucional y podría quedar libre al regresar a Colombia)

Salvatore Mancuso fue designado como gestor de paz el 23 de julio de 2023 por orden del gobierno de Gustavo Petro. “El proceso de paz entre el gobierno de Uribe y los paramilitares aún no ha terminado, aún no se sabe toda la verdad. Las haciendas entregadas en parte se han perdido en manos del Estado recicladas a nuevos grupos que heredan el paramilitarismo, muchos cuerpos de víctimas aún no han sido encontrados. Para terminar el proceso y lograr la completa paz, he decidido nombrar a Salvatore Mancuso como gestor de paz”, informó el jefe de Estado a través de Twitter.

Además de esta designación, Mancuso volvió a tocar las puertas de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) en julio del año pasado. En varias audiencias públicas, el exjefe paramilitar explicó por qué su testimonio y sus verdades pueden tener un espacio en esa jurisdicción especial, pese a que, por ser narcoparamilitar, no tenía cómo acreditarse para acceder a los beneficios que otorga este sistema de justicia.

(Le puede interesar: Salvatore Mancuso: Justicia y Paz emite nueva orden de captura contra el exparamilitar)

Mancuso contestó preguntas de los magistrados, entregó material y pruebas que todavía siguen bajo reserva y, para noviembre de 2023, la JEP aceptó su sometimiento. Según la decisión, el extraditado exparamilitar puede aportar información novedosa, concreta y suficiente para ganarse un cupo como “bisagra” o punto de coneQuiéxión entre las Autodefensas Unidas de Colombia y miembros de la Fuerza Pública.

En ese lapso de tiempo, Mancuso habría sido eslabón clave entre el grupo criminal de los hermanos Castaño con importantes mandos militares en algunos departamentos de Colombia. Por lo tanto, la JEP aceptó abrirle la puerta. Sin embargo, días después de conocerse la decisión, el propio Mancuso apeló el fallo y todavía no se conoce qué pasó finalmente con ese recurso.

(Lea también: JEP aceptó el sometimiento de Salvatore Mancuso, exjefe paramilitar)

Pese a su sometimiento, no es claro si Mancuso quedará en libertad tras su regreso a Colombia. Pese a que la Corte Constitucional le había ordenado al Tribunal Superior de Bogotá que definir el asunto, solo hasta esta semana el expediente salió del alto tribunal, por lo que no es claro todavía qué le espera al exjefe paramilitar, quien tiene en su contra más de 30 órdenes de captura.

¿Quién es Salvatore Mancuso?

Este exjefe paramilitar nació en Montería (Córdoba) el 17 de agosto de 1964. Su padre, Salvatore Mancuso D’Angiolella, es oriundo de Nápoles (Italia), y su madre, Gladys Gómez, es monteriana. Tuvieron seis hijos, siendo Salvatore el segundo.

Según su hoja de vida, el exjefe paramilitar estudió algunos semestres Ingeniería Civil en la Universidad Javeriana de Bogotá y Administración Agropecuaria en la Escuela de Formación Técnica Agrícola. Además, estudió inglés en la Universidad de Pittsburgh en Estados Unidos, pero no terminó ninguna de las carreras.

(En contexto: Mancuso pedirá a JEP medidas para proteger hornos donde desaparecían a víctimas)

Para 1992, Mancuso trabajaba como administrador de varias fincas de la finca de su esposa en Tierralta (Córdoba). Fue allí donde fue víctima de extorsiones y otras amenazas por parte de hombres del Ejército Popular de Liberación (EPL), por lo que decidió seguir a los hombres e identificar sus campamentos.

Con esa información en mano, recurrió al Ejército y le entregó las coordenadas. Fue así como, según el portal Verdad Abierta, se convirtió en informante de las fuerzas militares, especialmente del mayor Walter Fratini Lobaccio. Luego, el propio uniformado le sugirió que él y otros ganaderos de la zona debían armarse como respuesta a las amenazas y exigencias de grupos armados ilegales.

(Le podría interesar: “‘Paras’ solo han entregado $6.300 millones para reparar a sus víctimas”)

Los vínculos de Salvatore Mancuso con los hermanos Castaño

Así se crearon los primeros vínculos entre grupos paramilitares y ganaderos de Córdoba. Para 1994, Mancuso ya era famoso por sus gestiones en la creación de esos vínculos y los hermanos Vicente y Carlos Castaño quisieron contactarse con él. El propio Mancuso le dijo a la Fiscalía que aceptó reunirse con ellos, en parte por miedo, pues ya se sabía de sus sangrientas andanzas en el río Sinú.

En todo caso, luego de esa reunión, Mancuso entró al círculo cercano de los hermanos Castaño, quienes ese mismo año fundaron las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (Acuu) con Salvatore Mancuso como uno de sus principales líderes. Para 1995, explica Verdad Abierta, el exjefe paramilitar creó la cooperativa de vigilancia y seguridad privada Nuevo Horizonte, que para ese entonces eran legales y se conocían como Convivir.

(Lea también: Petro firmó resolución que designa a Salvatore Mancuso como gestor de paz)

Bajo ese manto de legalidad, encubrieron varios delitos que cometieron en la zona. Este primer grupo de hombres que acompañaron a Mancuso luego se conoció como Compañía Córdoba y en la expansión paramilitar se convirtió en el bloque Córdoba. Su objetivo era claro: tomar el control total de las zonas donde ya se había asentado la guerrilla de las Farc, especialmente en Sucre, Bolívar y Cesar.

Con esas tareas trazadas por los jefes paramilitares, comenzaron las masacres. En 1996, ocurrieron cuatro en el Guamo, lo que permitió que los paramilitares al mando de Mancuso comenzaran a ganar terreno en Sincelejo, Tolú Viejo y La Mojana (Sucre).

El 4 de diciembre de ese mismo año, hombres de las Accu, las Convivir Nuevo Horizonte y Nuevo Amanecer, asesinaron a 11 campesinos del corregimiento de Pichilín, en Morroa, Sucre. Al año siguiente, el 23 de marzo de 1997, perpetraron la que es considerada como la primera masacre del Salado, en el Carmen de Bolívar, en la que fueron asesinados cuatro campesinos y una profesora de la escuela.

A punta de fusil, masacres, amenazas, despojos y miles de desplazamientos, las Accu de Mancuso y los hermanos Castaño conquistaron Sucre, Bolívar, Cesar y Magdalena, para finales de 1997. Pero querían más. Desde ese momento, su plan fue extenderse hasta La Guajira, y también hacia el Atlántico y el Catatumbo (Norte de Santander), consolidando el poder prácticamente en toda la zona norte del país.

Según ha podido establecer la Fiscalía y también la JEP, el proyecto de expansión paramilitar no se habría logrado sin el apoyo del Ejército, que también participó de varias masacres y en las operaciones criminales de los hermanos Castaño y de Salvatore Mancuso. Además de tener el apoyo de las fuerzas del Estado, la justicia ya logró comprobar que estos grupos paramilitares también se aliaron con políticos.

Salvatore Mancuso y sus procesos ante la justicia

El movimiento paramilitar empezó a tener cambios cuando, durante el primer gobierno de Álvaro Uribe Vélez, se empezó a hablar de una desmovilización y un proceso de paz para acabar con sus andanzas criminales por la vía política. El proyecto se materializó en julio de 2003 con lo que se conoce como el Acuerdo de Santa Fe de Ralito (Córdoba).

Luego de tres años de negociaciones, en 2006 se firmó la Ley de Justicia y Paz, con la que se logró la desmovilización de miles de paramilitares. En ese contexto es que Salvatore Mancuso terminó preso en la Cárcel de Máxima Seguridad de Itagüí (Antioquia), con otros jefes de grupos paramilitares.

Luego de que empezara a colaborar con la justicia, de que confesara cientos de crímenes, magnicidios y masacres, el 13 de mayo de 2008, el gobierno de Uribe aprobó su extradición a Estados Unidos, junto con otros 12 líderes del paramilitarismo, como Rodrigo Tovar Pupo, alias Jorge 40; Diego Fernando Murillo, alias Don Berna; Hernán Giraldo Serna, alias Pablo Sevillano; y Ramiro Cuco Vanoy.

Desde ese momento hasta hoy, Mancuso permaneció en cárceles de Estados Unidos, cumpliendo una pena de narcotráfico. Sin embargo, hace al menos cuatro años había completado las sentencias y se encontraba a la espera de que las autoridades colombianas y estadounidenses resolvieran su situación migratoria.

Solo hasta ahora lo lograron. El gobierno de Gustavo Petro empezó a agilizar su regreso al país en agosto del año pasado, a través del Ministerio de Justicia. Este febrero de 2024 se concretó su retorno, en medio de una expectativa política y judicial de lo que pueda contar de lo que vivió durante toda su vida al servicio de la guerra.

Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.

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Pedro(4md13)28 de febrero de 2024 - 02:30 p. m.
Muy buen artículo periodístico, objetivo, concreto
ERWIN(18151)28 de febrero de 2024 - 01:34 p. m.
Reportan es las droguerias y afines,agotados el lomotil y la valeriana ..las goticas de marihuana son excelentes .
Melibea(45338)28 de febrero de 2024 - 09:11 a. m.
Ojalá denuncie a los cobardes cómplices que siguen dirigiendo la muerte, y el sufrimiento para seguir alimentando su codicia.
Carlos(23964)28 de febrero de 2024 - 03:20 a. m.
A cuidar a Mancuso, hay asesinatos en serie como el caso del parqueadero Padilla. A los investigadores del CTI los asesinaron en serie acumulando 15 víctimas. El único que se salvó fue el esposo de la trenada a la Fiscalía
Miguel(63706)28 de febrero de 2024 - 02:36 a. m.
Estos personajes siniestros, actores centrales de la violencia en Colombia, nunca dirán la verdad completa pues tocarían a importantes miembros de la sociedad colombiana tanto militares como políticos, empresarios, clero, altos exfuncionarios, encumbradas figuras del acontecer nacional. Ellos "comen callados" porque si no ... los liquidan. Esto de "reparar a las víctimas" lo hacen para lograr ciertas prebendas y seguir tranquilos haciendo sus negocios.
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