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El 18 de abril de este año, la cárcel La Picota (ubicada en Bogotá) se convirtió en la segunda del país en confirmar casos positivos de COVID-19. Aunque la situación parecía haberse controlado por completo, hay preocupación por la aparición de nuevos contagios. Se trata de 298 casos confirmados en este penal, según cifras del Inpec. Esta entidad también confirmó la muerte del cabo Rafael Pérez, quien tenia más de 50 años. Los internos de este centro carcelario pidieron que se tomen medidas para evitar la propagación.
(En contexto: La COVID-19 llegó a la Picota en Bogotá: hay dos casos confirmados)
Al parecer, Pérez fue diagnosticado el domingo pasado con el virus y su salud empeoró de un día otro. Finalmente, habría fallecido esta mañana a causa de complicaciones. Durante los últimos setenta años, las celdas de La Picota han sido el lugar de reclusión de narcotraficantes, paramilitares, servidores públicos y delincuentes comunes, convirtiéndola en una de las más importantes del país. Las últimas versiones indican que, de todos los patios que conforman el penal, hasta el momento, el patio más afectado es donde están los retenidos por delincuencia común.
Ante este panorama, los internos de este centro penitenciario pidieron que se les garantice el acceso a la atención médica y el suministro de medicamentos. Según la misiva de los presos, “acá hay mucha gente enferma especialmente de tercera edad. (A) nosotros, los más jóvenes y con mejores defensas, nos dio duro: fiebre, debilidad, perdida de sabor, olor y malestar, pero afortunadamente estamos ya saliendo aparentemente de eso”.
Por otro lado, advierten que “el día 20 de julio 2020 en horas de la mañana estuvo en el patio 5 de La Picota el director de la cárcel y funcionarios de la Secretaria de Salud haciendo recorrido para ver y valorar la situación interna, la cual es bastante crítica por COVID-19. Nos restringieron acercarnos a los funcionarios de Secretaría de Salud para explicarles la realidad de la situación”.
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Asimismo, denunciaron que al interior del penal no se están adoptando los protocolos de aislamiento y que los enfermos “se encuentran mezclados y en aumento inminente”. Por otro lado, para quienes están recluidos en La Picota el hacinamiento en un factor que juega en su contra, por lo que pidieron a la ministra de Justicia, Margarita Cabello, descongestionar la cárcel tal como lo había prometido.
En este sentido, esta mañana el director del Inpec, el general Norberto Mojica, aseguró que el hacinamiento se ha reducido un 23 % este año, con 20 mil privados de la libertad que han salido de las cárceles desde el 12 de marzo de este año. De esos, apenas “901 han salido por el decreto legislativo 546 (de 2020)”, confirmó el alto oficial.
La Picota fue la primera cárcel en confirmar la recuperación de todos los internos que habían contraído el virus en abril. El 15 de mayo, los resultados de la segunda prueba que se les practicó a los enfermos pasados los 14 días de aislamientos, dieron negativas. Por el momento, se desconoce cómo se originó este nuevo brote en la cárcel y cómo será el protocolo que evite que el virus llegue a otros patios de la prisión.
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* Estamos cubriendo de manera responsable esta pandemia, parte de eso es dejar sin restricción todos los contenidos sobre el tema que puedes consultar en el especial sobre Coronavirus.