Durante 90 meses estaría en prisión el exdirector Técnico del Instituto de Desarrollo Urbano (IDU), Inocencio Meléndez, si la Juez 28 Penal con Funciones de Conocimiento de Bogotá acepta el preacuerdo al que llegó el indiciado con la Fiscalía para aceptar la responsabilidad en cuatro de los cinco cargos que se le imputan.
Así las cosas, el exfuncionario sería sentenciado por interés indebido en la celebración de contratos, contrato sin cumplimiento de requisitos legales, prevaricato por acción y prevaricato por omisión. Adicionalmente, se le impondría una multa de $76.055.200, equivalente a 142,2 salarios mínimos legales vigentes.
De la misma manera, Meléndez espera que la titular del despacho avale el perdón penal que le otorgaría la Fiscalía por el cargo de concusión; esta herramienta jurídica, conocida como el principio de oportunidad, le significaría al exdirectivo del IDU el fin de la actuación penal que se le adelantaba por el delito en mención.
En caso de ser avalado este principio, el exfuncionario dejará de ser investigado penalmente, a cambio de entregar información importante para esclarecer el caso.
Meléndez había confirmado ya la existencia de un cartel de la contratación en el que el suspendido Acalde Samuel Moreno y su hermano Iván tenían injerencia.
Tan es así, dice, que tenían un sobrenombre; mientras al burgomaestre se le llamaba ‘La Doctora’, a su hermano se le denominaba ‘El Jefe’, toda vez que era de él de quien dependían las decisiones finales en cada caso.
Añadió que alcalde y senador parecían actuar de acuerdo a los intereses de empresarios como Emilio Tapias y Julio Gómez, quienes presionaban la toma de algunas decisiones en el IDU, que era el encargado de asignar los contratos.
Fue por sugerencia de ambos contratistas, dice, que Néstor Eugenio Ramírez fue nombrado como sucesor de Liliana Pardo en la Dirección del Instituto.
La Fiscalía deberá rendir un informe de las declaraciones de Meléndez, a fin de determinar si se justifica otorgarle el perdón penal, a cambio de su colaboración como testigo en el caso.
Por El Espectador
