Para el Ejército, la Policía y la Fiscalía, dar con Walter Patricio Arizala, más conocido como Guacho, era el objetivo más importante de 2018. El disidente de las Farc formó el frente Óliver Sinisterra y volvió a la ilegalidad luego de haber depuesto las armas junto a miles de guerrilleros, pero para las autoridades se hizo evidente que tenían en las manos un grave problema cuando Guacho puso un carro bomba en la frontera con Ecuador a principios del año y luego secuestró y asesinó a tres periodistas del diario quiteño El Comercio.
El Ejército envió a unos 12.000 hombres a Tumaco (Nariño) en busca de Guacho. Lo mismo hicieron las Fuerzas Militares de Ecuador, que mandaron a casi 10.000 uniformados. Hasta que, el pasado viernes 21 de diciembre, el presidente Iván Duque confirmó que Guacho murió en medio de enfrentamientos con la Fuerza Pública. Lo que lleva a la siguiente pregunta: ¿para dónde se irán los esfuerzos que estaban invertidos en hallar a Guacho? Tres nombres encabezan la lista de quienes son de mayor importancia ahora.
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Dairo Antonio Úsuga David, alias Otoniel, es el primero. Se trata del jefe del Clan del Golfo, un poderoso cartel que se autodenomina Autodefensas Gaitanistas de Colombia -así lo bautizó alias Don Mario, quien formó el grupo ilegal luego de haberse desmovilizado con las AUC-. Por información que lleve a Otoniel, quien está pedido en extradición, Colombia ofrece una recompensa de hasta $3.000 millones de pesos y Estados Unidos, de hasta US$5 millones.
Hace un año largo, Otoniel ofreció que él y sus hombres se someterían a la justicia siempre y cuando hubiera “dignidad” para sus combatientes. “Queremos ser parte del fin del conflicto para llegar al desarme total de todos los grupos armados del país”, dijo en ese momento, en un video que llegó hasta la Casa de Nariño. El 9 de julio de este año, el entonces presidente Juan Manuel Santos sancionó la ley que permite el sometimiento colectivo de bandas criminales, trabajo que se hará de manera coordinada con la Fiscalía.
Miguel Botache, alias Gentil Duarte, otro disidente de las Farc como lo era Guacho, también es de alto interés para las autoridades colombianas. Fue líder del Bloque Oriental de las Farc, pero le dio la espalda al proceso de paz y huyó con un millón de dólares. Era considerado el exguerrillero más buscado del país, hasta que los crímenes cometidos por Guacho y su gente priorizaron a este en el radar del Estado. La Fiscalía incluso tiene indicios que de Duarte estaba forjando una alianza con Guacho, motivados ambos por el narcotráfico.
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El Guaviare es el escenario de operaciones en que Gentil Duarte sigue alzado en armas. Fue hombre cercano al Mono Jojoy y a Alfonso Cano. “La importancia de Gentil en el Bloque Oriental fue ideológica, al formar y entrenar nuevos reclutas en el Frente 7, política, debido a la formación comunista que tuvo desde su infancia y que compartió con los frentes que comandó, y económica, ya que fue uno de los principales proveedores de dinero del narcotráfico a todo el Bloque Oriental”, dijo sobre él Insight Crime.
Ahora que Guacho murió en enfrentamientos con la Fuerza Pública, los esfuerzos militares y policiales están enfocados en estos dos hombres, principalmente. En especial en Otoniel, en quien la Policía ha invertido miles de millones y cientos de hombres a través de la operación Agamenón, una ofensiva que lleva casi cuatro años y que, aunque ha dejado más de 1.800 capturas y casi 800 bienes incautados, no ha logrado todavía cumplir con el objetivo por el cual nació: dar con el paradero de Otoniel.
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Por Redacción Judicial
