En un confuso relato ante la jueza 27 de conocimiento, el subteniente (r) del Ejército Raúl Muñoz Linares aceptó haber sostenido relaciones sexuales con la menor de 14 años, que apareció muerta junto a sus dos hermanos de nueve y seis años en una fosa común en zona rural del municipio de Tame, Arauca, en octubre de 2010.
De acuerdo con el uniformado, se encontró con la menor de edad en tres oportunidades, entabló varias conversaciones con ella y en una ocasión sostuvo relaciones sexuales con la menor de edad, “con su consentimiento”.
Ante las preguntas de su abogado, el militar que fue retirado de la Institución, reiteró que desconocía la edad de la niña asegurando que estaba maquillada, lo que le hizo pensar que tenía unos 16 o 17 años.
“Me comentó donde vivía, qué hacía, de dónde era su familia. Ella era delgada, media entre 1,55 y 1,65 metros, tenía el cabello liso y perforadas las orejas con varios aretes. Como estaba maquillada yo nunca le pregunté la edad. Nunca me imaginé que tuviera la edad que dijo la Fiscalía. Cuando se estaba vistiendo observé que tenía un tatuaje en el glúteo derecho”, precisó el subteniente Muñoz.
Durante la declaración el hombre utilizó varios mapas de la zona para identificar los puntos de ubicación de la patrulla que él comandaba y la casa de los niños asesinados. Afirmó que para poderse ver con la niña le dijo a su superior jerárquico que tenía que ir a hacer una necesidad, motivo por el cual se llevó el machete de uno de sus compañeros y papel higiénico. De acuerdo a la necropsia realizada a los cadáveres de los tres niños, estos murieron al ser atacados en varias oportunidades con arma corto punzante.
Cuando al militar se le preguntó si sabía quién o quiénes eran los culpables del crimen contestó negativamente, “no me consta quién fue, ni vi ni observé nada; lo único que me consta es que el día 14 (fecha en la que fueron asesinados los menores) me von con ella. Ya después me entero de lo que sucedió”.
Muñoz Linares también es procesado por la violación de una menor de 13 años. La niña-que fue agredida 12 días antes del homicidio de los tres hermanitos en la misma zona- le manifestó a sus padres que el 2 de octubre un soldado entró a su casa mientras ella se encontraba sola. De acuerdo con el relato de la pequeña el hombre la propinó varias cachetadas, la obligó a salir de su hogar y luego la violó. Antes de ser asesinados los niños también le habían comentado a su padre, un campesino de 49 años, que un uniformado había pasado por la casa y les había hecho varias preguntas.
El subteniente fue acusado por los delitos de homicidio, acceso carnal violento con menor de 14 años y desaparición forzada.
Por El Espectador
