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A Samuel Moreno, el exalcalde de Bogotá señalado de ser el responsable del cartel de la contratación que entregó dineros a diestra y siniestra a contratistas que se repartieron el erario de la capital del país a su antojo, le imputaron cargos por la tercera investigación que adelantan en su contra en este caso. Y es que a las irregularidades en la contratación de la malla vial y la sesión de los contratos de la Fase III de Transmilenio –lo que se conoce como el tema de la calle 26– se sumó el ya conocido contrato de ambulancias firmado en 2009 por un valor de $69.000 millones y por el cual ya fueron condenados el exsecretario de Salud Héctor Zambrano y el exconcejal Hipólito Moreno. Ambos funcionarios son ahora los principales testigos contra Moreno.
Los primeros contratos irregulares que empezaron a enredar al exalcalde de Bogotá se conocieron en 2010 cuando el denominado Grupo Nule cayó en desgracia. Sin embargo, sólo fue hasta 2011 cuando la Fiscalía llamó a juicio a Moreno para que respondiera por la sesión de tres contratos de la Fase III de Transmilenio, que fueron arrebatados a los Nule por sus incumplimientos y entregados a otras empresas. Según las autoridades, estas maniobras correspondieron a un pago de favores de la campaña a la Alcaldía de Bogotá. Asimismo, se le procesó por adjudicar a dedo licitaciones para la reparación de la malla vial y, especialmente, por haber supuestamente entregado a sus amigos contratistas el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU). Por estos hechos está siendo procesado por los delitos de interés indebido en celebración de contratos, peculado por apropiación a favor de terceros y concusión.
El nuevo round de la Fiscalía y Samuel Moreno es por el expediente que mejor documentado tiene el ente investigador. Y no es para menos, este ha sido el único proceso que en realidad ha tomado forma ya que ha permitido armar el rompecabezas de quiénes manejaban los hilos del cartel de la contratación en Bogotá. Después de que Emilio Tapia y Julio Gómez echaran al agua al exsecretario Zambrano y a Hipólito Moreno, estos dos últimos hombres terminaron aceptando cargos y colaborándole a la justicia al contar cómo se engranó la maquinaría para apropiarse del 9% del contrato de ambulancias y de otros tantos negocios realizados en la Alcaldía Moreno.
Tanto Zambrano como Moreno hoy son parte de la piedra angular de las investigaciones de la Fiscalía, y han salpicado a varios exconcejales y funcionarios del más alto nivel de la administración de Moreno. Del exmandatario capitalino, Zambrano aseguró que fue quien le dio las órdenes de recibir y pagar las mordidas para evitar que les realizaran debates de control político al interior del Consejo. Tanto así, que se terminó por distribuir las diferentes entidades de la Alcaldía entre los cabildantes y contratistas. Fue entonces cuando el propio Zambrano, entre sus abundantes declaraciones entregadas el año pasado, manifestó que Moreno había recibido gran parte del contrato de $69.000 de las ambulancias.
Según relató el exsecretario de Salud, en el baño de su oficina guardaba grandes cantidades de dinero en efectivo para pagar las comisiones de las cuales habían sido beneficiarios los hermanos Samuel e Iván Moreno. Por estos hechos, este miércoles la Fiscalía le imputó el delito de cohecho al exalcalde de Bogotá, quien enfáticamente no aceptó los cargos y arremetió en contra del ente investigador al asegurar que en su contra existe una campaña de persecución política.
"Sólo voy a decir una cosa, es inaudito que una juez de control de garantías le haya negado el acceso a los medios de comunicación para que no fueran testigos del atropelló del que fui víctima”, dijo Moreno a la salida de la audiencia. A su vez, el defensor del exmandatario, Mauricio Alarcón, aseguró que “en 14 meses la Fiscalía se inventa una imputación de cargos en la que hay falsos testigos y donde la plata pública la están regalando para que se declare contra Moreno”.