“31 AÑOS DESPUÉS, ENCONTRARON SUS RESTOS EN BARRANQUILLA”
María del Pilar Navarrete, víctima de la desaparición de su esposo en el Palacio de Justicia:
¿Cuánto hace que usted es mujer buscadora?
Soy mujer buscadora desde el momento en que dejé de tener noticias de mi esposo, Héctor Jaime Beltrán Fuentes, quien desapareció hace 39 años, 11 meses y 15 días.
¿En dónde estaba su esposo Héctor Jaime cuando perdió contacto con él?
Él trabajaba como mesero de la cafetería del Palacio de Justicia cunado ocurrió la toma de la edificación por la guerrilla del M-19 y la retoma militar de las horas siguientes entre el 6 y 7 de noviembre de 1985. Mi esposo se encontraba en su turno laboral dentro del palacio.
Esos dos días de la toma y retoma del Palacio de Justicia, ¿usted pudo hablar con él o tener alguna notificación de su estado?
No. Sé que él entró a trabajar normalmente. Hacia las 11 y media de la mañana, lo llamé pues habíamos quedado en hablar. Pero no me contestó. La toma, según se ha informado, inició cerca de esa hora del mediodía. La retoma militar empezó cerca de la 1:30 o 2 de la tarde. Desde entonces, y pese a que hice todos los esfuerzos por tener información sobre él y su paradero, no supe nada tan concreto hasta cuando me mostraron un video de TV Española que fue grabado en momentos en que varios militares y policías lo llevaban, vivo, para la Casa del Florero, ese mismo 6 de noviembre después de las 2:30 p.m.
¿Cuánto hace que conoció ese video?
Hace apenas 4 años, gracias a las tareas desarrolladas por la Comisión de la Verdad.
Hasta entonces, ¿usted no sabía lo que pudo haber sucedido con Héctor Jaime?
Siempre hubo muchos rumores de personas que lo habrían visto salir con vida pero no tenía confirmación absoluta de su destino sino hasta cuando conocí ese video. Para ese momento, repito, hace 4 años, el Estado colombiano ya había sido condenado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (14 nov/2014) por la desaparición forzada de mi esposo y de 10 personas más; por la detención arbitraria y torturas de cuatro personas y la ejecución extrajudicial de un magistrado. La justicia nacional también había dictado condenas por la desaparición de nuestros familiares.
Pero cuando usted empezó a buscarlo, en 1985, ¿qué razón le dieron los funcionarios militares o civiles del gobierno Betancur o en Medicina Legal?
No supimos nada hasta después de 31 años, seis meses y 23 días de estar buscándolo, o sea hace 8 años, a los padres y hermanos de mi esposo, a mis cuatro hijas y a mí, nos dieron la noticia de que partes de su cuerpo se encontraban en el cementerio Jardines del Recuerdo, de Barranquilla.
¿Por qué habían sido trasladados los restos a Barranquilla?
El 8 de noviembre de 1985, horas después de que los militares retomaran el palacio, entregaron los restos, en un cajón cerrado, a la familia del magistrado auxiliar Julio César Andrade como si fueran los de su padre y esposo. Fundamentaron su supuesta identificación en que cuando, según Medicina Legal, hallaron el cuerpo, en la plazoleta del Palacio de Justicia, a su lado estaba la cédula del magistrado Andrade y un pedazo de paño de su pantalón. Eso quiere decir que no hubo exámenes forenses para confirmar su identidad.
Es decir, la familia del magistrado, ¿se llevó el ataúd a Barranquilla y, durante tres décadas, visitaron la tumba que escogieron para darle digna sepultura en el cementerio Jardines del Recuerdo?
Así es. El hijo se lo llevó para Barranquilla y le dio sepultura. Siempre creyeron, él y su familia, que su padre descansaba en ese lugar, desde el 9 de noviembre de 1985.
No imagino el dolor y las heridas reabiertas de la familia del magistrado cuando les informan que quien estaba en esa tumba no era su padre…
Tienen un dolor enorme desde entonces. Es una tortura permanente: imagínese, ir a la tumba de su padre durante 32 años y, después, darse cuenta de que nunca estuvo ahí. La mezcla de sentimientos es tremenda pues, ahora, empezaron a recorrer este camino de angustia que hemos pasado los familiares de los desaparecidos. La familia del magistrado también encontró un video de su padre saliendo del palacio con los rehenes liberados por los militares. Igual que sucedió con mi esposo. También tienen dolor por el engaño del Estado.
¿Cómo identificaron a su esposo?
Por las pruebas de ADN y otros exámenes a mis hijas y a mi suegro comparados genéticamente con los restos que exhumaron. Todos los familiares de víctimas de desaparición forzada hemos aportado muestras al banco de Medicina Legal para tener elementos científicos de identificación. Al hacer la comparación con el banco de datos que se creó desde el año 2000, los forenses empezaron a armar las partes que hallaron y con las pruebas, se percataron que había una compatibilidad del 99.9% con el ADN de los padres de mi esposo y de mis hijas. Fue cuando nos dieron la noticia. Nos informaron sobre el hallazgo en junio de 2017. Nos entregaron los restos el 18 de septiembre de ese mismo año, hace 8 años.
¿Les entregaron el cuerpo entero o solo unas partes y cuál fue el dictamen sobre la forma como murió?
El cuerpo fue encontrado incompleto y estaba calcinado a pesar de que, según informes de la época, la plazoleta en donde lo encontraron no fue alcanzada por las llamas. Tenía evidencias de un proyectil en su muslo izquierdo. Por tanto, se trató de un homicidio.
El hallazgo de algunos de los restos del cuerpo de su esposo ¿significa, a pesar de la tragedia perpetuada por tantos años, un poco de alivio?
Sí. No solo porque pudimos darles sepultura a sus restos – aunque nos entregaron solo el 70 0 75% de su cuerpo y somos afortunados con ese hallazgo –, sino porque durante todos estos años en que nos sufrimos por no poder saber nada, nos enteramos de que, desde el día siguiente había recibido una sepultura digna por la diligencia de una buena familia, como la del magistrado Andrade. Al menos, no fue enterrado en una fosa común como tantas otras víctimas de desaparición forzada. Pero, del otro lado, sufro por los familiares del magistrado y por su dolor revivido, sobre todo, el de su hijo Gabriel. Sé por el martirio que está pasando porque es el mismo que yo he vivido estos años eternos.
Sin embargo, usted sigue trabajando por la causa de las mujeres buscadoras…
Sí. Quedé viuda a los 20 años de edad y con 4 hijas pequeñas. Pude sobrevivir gracias al apoyo familiar y de algunas personas. Hoy me dedico a apoyar a otras mujeres que han vivido la misma o parecida tragedia que yo padecí. Ahora soy la vocera nacional de Verdad y Memoria del Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado, MOVICE y pertenezco a esta organización hace 17 años y también colaboro con Fondo de Solidaridad con los Jueces Colombianos, FASOL, cuyas familias han sido víctimas de violencia relacionada con el conflicto armado.
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“A MI HIJO LE PUSIERON LADRILLOS PARA QUE NO FLOTARA”
Lina Gómez, víctima de la desaparición forzada de Nicolás en una comuna de Cartago:
¿Cuándo y por qué se convirtió en madre buscadora?
A raíz de la desaparición de mi hijo Nicolás de Jesús Aristizábal Gómez, de 17 años de edad, quien no volvió a la casa desde el sábado 3 de junio de 2023. Con él, también desapareció Nasli Daniela Santiago Díaz, también de 17 años, que había sido su novia y con quien estaba volviendo a hablar. Desde esa noche me dediqué a ser madre buscadora junto con el papá de Daniela, Juan Pablo Santiago Rendón.
¿En cuáles circunstancias desaparecieron los dos chicos?
Desaparecieron entre las 7:30 y las 10 de la noche. Mi hijo me había dicho que iba a salir y que iba a subir a una chiva rumbera con los amigos. Me pidió dinero para la gasolina de su moto y me dijo que no iba a demorar mucho. Yo le comenté que iba a estar con una amiga en una cafetería pero que me devolvería pronto. Hacia la medianoche, cuando llegué, me di cuenta que la moto de Nicolás no estaba. Me pareció extraño porque él no tenía permiso de estar afuera sino hasta las 10 de la noche. Le escribí a su celular; no me contestó. Sin embargo, pensé que estaría distraído.
¿Cuándo empieza a inquietarse?
Esa misma noche. Me había quedado dormida pero desperté hacia las 2 de la mañana. Fue cuando me llamó la mamá de Daniela para preguntarme si sabía en dónde estaban ellos dos. Me extrañé porque Nicolás no me había contado que iba a ir por ella aunque después supe que a los amigos sí les había dicho que iría por ella y que se encontrarían más tarde. Nunca llegaron.
¿Pidieron ayuda de la Policía o de alguna autoridad en Cartago?
Sí pero nos informaron que no podían hacer nada antes de 72 horas. A partir de esa noche buscamos por todas partes, recorrimos las calles, hicimos velatones, plantones y anunciamos a todo el mundo su desaparición por si alguien podía ayudarnos. Llamaron anónimamente al papá de Daniela para decirle que no los buscáramos, que ya estaban enterrados. Y a mí, trataron de extorsionarme, también por teléfono. Según me decían, Nicolás estaba vivo y me dejaban escuchar gritos pidiendo ayuda. Pero yo no caí en lo que, evidentemente, era una farsa.
¿Por qué se dio cuenta que era una farsa y que se trataba de una extorsión?
Porque habíamos repartido en muchas partes, carteles con las fotos de nuestros hijos y con todos los datos. Algunos de esos carteles estaban ubicados cerca de cárceles o de lugares que suelen frecuentar las bandas de esta ciudad.
¿Cuándo pudieron poner denuncias formales?
El lunes siguiente, en el comando de Policía Cartago pero también fuimos, pidiendo ayuda, al Gaula, la fiscalía, la procuraduría.
¿Les dieron apoyo?
Nadie nos apoyó, salvo el diputado Jonhy Acosta (Pacto Histórico). Por el contrario, sentimos hostilidad. Hacia las 3 de la tarde del día en que Nicolás y Daniela desaparecieron, un grupo de policías de la SIJIN ejecutó un falso allanamiento a la casa de Daniela: llegaron hacia las 3 de la tarde y encañonaron a quienes se encontraban allí. Dijeron que estaban tras la pista de unos integrantes de una banda criminal a la que llaman Los Flacos. Después de todo lo que hicieron, se fueron diciendo que se trataba de un error ¿Cómo van a allanar una casa por equivocación? A las 7 de la noche de ese mismo día, es cuando llega mi hijo y desaparece junto con Daniela.
¿Es cierto, como se ha dicho, que Nicolás también había tenido una discusión con un policía, días antes?
Sí. Nicolás puso la basura en la esquina y una vecina se quejó. Él le contestó y ella llamó a alguien. Llegó la policía por su queja. Yo no estaba en la casa pero después Nicolas me dijo que le pegaron y lo amenazaron: uno de ellos le dijo y a un amigo que estaba ahí, que no le importaba “llevarse” a ninguno ni tampoco le interesaba si sus madres iban a sufrir. Al amigo de mi hijo le pusieron un comparendo pero no existía en el cuadrante: no encontraron la copia.
¿Sí era un policía verdadero? ¿No podía ser alguien disfrazado?
Era un policía que estaba asignado al cuadrante cercano
Insisto, ¿usted y el papá de Daniela no fueron escuchados ni recibieron ayuda de ninguna entidad pública de Cartago?
A pesar de que acudimos a todo el mundo, nadie nos ayudó. Por el contrario. Por ejemplo, el alcalde de Cartago en 2023, Víctor Álvarez, fue demandado por la Fundación Nydia Erika Bautista (torturada y desaparecida en 1978), por prevaricato y abuso de autoridad, por dar la orden de taponar, con tierra y escombros, la laguna en donde fuimos a buscar los cuerpos de nuestros hijos cuando tuvimos noticia de que podríamos encontrarlos allí. Tres veces entramos a la laguna. Fue cuando la alcaldía la mandó a cerrar. Hay video cuando la están llenando de escombros.
¿Cómo así? ¿Prefirió dañar la laguna con desperdicios en lugar de ayudar a buscar los cuerpos de sus hijos?
Sí, eso hizo. Y en vista de que nadie nos ayudaba, nosotros entramos a la laguna y empezamos la búsqueda.
¿Por qué llegaron ustedes a la conclusión de que Nicolás y Daniela podrían estar sepultados en la laguna?
Poco después de la desaparición de Nicolás, su moto fue encontrada abandonada en la vereda Guayabetal, en una cañada. Dos muchachos la vieron y dieron aviso. La Policía se la llevó en lugar de esperar a la fiscalía. Y la lavaron. Huellas u otras pistas, se perdieron.
¿Usted ha hecho los respectivos reclamos?
Sí, pero la Policia dice que soy “una loca h.p.” Fui al comando y no me permitieron ver la moto. Después de la aparición de la moto, vine a la fiscalía en Bogotá. Me atendieron los funcionarios Luisa Fernanda Obando (del círculo del fiscal general de entonces, Francisco Barbosa) y Luis Fernando Rodríguez. Me escucharon, me prometieron ponerle prioridad a la investigación. Y, después, nada. Con el hallazgo de la moto de Nicolás, nos enteraron que su cuerpo y el de Daniela estaban en la laguna. Por eso nos dedicamos a buscar en ese lugar. Y por hacerlo, el alcalde Álvarez dio la orden de impedir la búsqueda.
¿Cuándo los encontraron?
Las dos familias alquilamos equipos y máquinas para buscarlos. El 13 de agosto apareció el cuerpo de Daniela. Le habían puesto una carga de 30 kilos para que no se pudiera ver desde la superficie, pero flotó. El cuerpo de mi niño tenía sujetados varios ladrillos y no flotaba pero, después, me entregaron unos restos, no completos, como si fueran los de él. Yo no estoy segura de su identidad. Todavía no creo que sea mi hijo. Por eso he pedido que le hagan pruebas de ADN. Incluso nos tocó quedamos cuidando los restos, cuando los hallamos, porque supimos que también querían desaparecerlos.
¿Cuál es su situación actual? ¿Es cierto que su seguridad puede estar en riesgo?
Sí. En este momento estoy en condición de alto riesgo. Mi caso tiene medidas cautelares y nos han revictimizado.
¿Quiénes son los responsables del asesinato de Nicolás y Daniela y por qué los mataron?
Las bandas criminales de Cartago están victimizando a muchos habitantes pero, sobre todo, a los jóvenes porque los quieren instrumentalizar. Entre esas bandas, está la que ya mencioné llamada Los Flacos. A mi hijo le dieron18 puñaladas. Torturaron a Daniela le destruyeron el rostro a punta de golpes. Además tenía 8 puñaladas. Mi hijo fue asesinado en la comuna 7, un lugar peligroso de Cartago.
¿Cree que el falso allanamiento a la casa de Daniela tiene algo que ver con este terrible episodio de violencia?
En todo caso, la coincidencia es inquietante. Yo fui amenazada en un panfleto después de que puse la imagen de Nicolás en un mural en la calle de Los Ángeles. Pero estoy decidida a seguir representando a las mujeres buscadoras que, como yo, han perdido a sus seres queridos.
¿Cuál es su trabajo ahora y cómo las representa?
Soy la representante legal de la Asociación de Madres de Cartago, ASOMADCA, compuesta por madres buscadoras de familiares víctimas de desaparición forzada. Decidí crearla de la mano de Dios y de un compañero que me apoya desde Canadá. Tres de nuestras asociadas tuvieron que salir del país por amenazas contra su vida. Cartago está en una crisis de seguridad altísima: las bandas pretenden someter a los jóvenes para ponerlos a vender drogas en las calles; hay feminicidios, torturas y asesinatos además de violencia sexual.