El ex presidente de la Corte Suprema de Justicia, el abogado sucreño Carlos Isaac Náder, cuyo nombre ha salido a relucir en dos de los escándalos más sonados del alto tribunal, luego de dos años de haber desaparecido del escenario público, ahora protagoniza tras bambalinas los avances en el expediente del carrusel de la contratación en Bogotá. En calidad de consejero, sin figurar en el proceso, Náder ha venido asesorando al controvertido Grupo Nule y ha sido fundamental en el acercamiento de Miguel, Manuel y Guido Nule con las autoridades judiciales colombianas.
Fue en el año 2005, durante su presidencia en la Corte Suprema, cuando un italiano de buenas maneras que figuraba como próspero empresario empezó a colarse al Palacio de Justicia. Pronto buena parte de los magistrados de las cortes asistían a catas de vinos con el extranjero. El anfitrión de muchas de esas reuniones sociales resultó ser ni más ni menos que el narcotraficante Giorgio Sale, enlace del ex jefe paramilitar Salvatore Mancuso y uno de sus lavadores de dinero. Vía Carlos Isaac Náder, el capo empezó a moverse a sus anchas por los pasillo del alto tribunal.
En noviembre de 2006, en desarrollo de una operación internacional contra el narcotráfico, Sale fue detenido junto a sus tres hijos Cristian, Stefano y David. Meses después los estrechos vínculos entre Sale y algunos magistrados eran noticia de primera plana. Los medios empezaron a denunciar esta cercanía y en esas indagaciones salió el nombre del magistrado Yesid Ramírez. El escándalo creció tanto que bajo el radicado 2219 la Comisión de Acusación de la Cámara de Representantes el 31 de julio de 2008 los llamó a indagatoria. Ramírez le dijo a El Espectador entonces que fue su colega Carlos Isaac Náder quien le presentó a Giorgio Sale.
Tiempo después la célula legislativa archivó el proceso. Pero ya entonces se hablaba de un extraño personaje muy bien conectado que también rondaba las cortes y tenía cercanos nexos con Carlos Isaac Náder. Se trataba del empresario huilense Ascencio Reyes, quien por medio de su empresa Viajes y Turismo Bassan financió varios vuelos chárter entre Bogotá y Neiva en junio de 2006 en los que se desplazaron casi todos los magistrados de la Corte Suprema para asistir a un homenaje a Yesid Ramírez con ocasión de su designación como presidente. Después se supo que Reyes había cruzado negocios con un extraditable, José María Ortiz.
Mientras el DAS y la Unidad de Investigación y Análisis Financiero (UIAF) hacían informes sobre Reyes, su círculo familiar y su patrimonio, Náder no dudaba en exaltar al empresario huilense en eventos. Así ocurrió en noviembre de 2005 en un encuentro en Santa Marta: “A este opita, al que tal vez alguna atávica relación lo pone en sintonía con la manera de ser caribe, quiero hacerle una mención especial”. De las menciones pasó a los negocios y trascendió que le vendió a Reyes una casa cerca de la playa en San Antero, Córdoba. Por estas transacciones, Náder figuró en un informe de la UIAF en donde se detalla que en menos de un año en dos movimientos bancarios manejó más de $700 millones.
De las investigaciones sobre Reyes y Sale el ex presidente de la Corte salió bien librado, aunque la sombra de ambos aún lo persigue. Sin embargo, dos viajes a Panamá y la estrecha cercanía con la familia Nule de Sincelejo pusieron al ex presidente de la Corte Suprema en una nueva situación incómoda, esta vez como una especie de consejero legal de los jóvenes empresarios venidos a pique, Manuel, Miguel y Guido Nule. El Espectador pudo establecer que Náder se desplazó a Ciudad de Panamá a finales del año pasado para reunirse con ellos. En sus propias palabras, “para aconsejarles que busquen a tal persona y que hagan tal movimiento”.
En diálogo con El Espectador Náder reconoció dichos encuentros y dijo: “Yo no intervengo para nada, pero ellos son gente muy cercana. Conozco a su familia en Sincelejo hace muchos años, a su padre, a sus tíos, a todos, desde que éramos jóvenes en Sincelejo, y allá todo el mundo se conoce. Claro que tengo un vínculo casi familiar con ellos y le hablan a uno de cosas, de muchas cosas, y por eso viajé a Panamá, a oírlos. Ellos tienen su propio abogado. Yo no soy penalista, soy laboralista y por eso no les puedo ayudar mucho en el proceso, pero los oí y ellos tenían muchas cosas en desorden”.
Lo curioso es que las aproximaciones del Grupo Nule con la Fiscalía y la Procuraduría ocurrieron precisamente en aquellas fechas de los encuentros de final de año con el ex presidente de la Corte Suprema. Y es desde la capital panameña y de Miami que los Nule prendieron su ventilador en busca de un principio de oportunidad para evitar un carcelazo. El propio ex fiscal Guillermo Mendoza se reunió con ellos en Miami en desarrollo de estos acercamientos.
En los próximos días la nueva fiscal Viviane Morales definirá si les concede a los Nule el principio de oportunidad. Mientras la justicia indaga por los responsables del cartel de la contratación, interroga testigos y le pone el acelerador al expediente, va quedando claro que muchos pesos pesados en alguna oportunidad aconsejaron o asesoraron al derrumbado Grupo Nule. Incluido Carlos Isaac Náder.
Por María del Rosario Arrázola
