Una elección trascendental

Carlos Medellín, Martha Sáchica y Luis Guillermo Guerrero. / Fotos: Cortesía Semana

Los ojos del país político y judicial están puestos sobre la decisión que tome la plenaria del Senado de la República con la elección del nuevo integrante de la Corte Constitucional. Los candidatos son Luis Guillermo Guerrero, actual magistrado auxiliar del alto tribunal y carta del Partido Conservador; Carlos Medellín, exministro de Justicia apoyado por el Partido Liberal y Martha Sáchica, secretaria de la Corte, quien aunque es de filiación conservadora pero la colectividad no apoya su aspiración.

La disputa está cerrada entre los candidatos Guerrero y Medellín, cada uno encarnando una tendencia ideológica y política: conservador y liberal respectivamente. Por eso, las dos colectividades están jugándosela toda para lograr la elección de su candidato y están acudiendo a los parlamentarios del Partido de La U para que inclinar la balanza a su favor.
Este cerrado pulso tiene como trasfondo la definición de la línea ideológica de la Corte Constitucional que tradicionalmente ha sido liberal, tal como lo ha demostrado en sentencias que le dan vía libre –con restricciones y solicitando la debida reglamentación del Congreso- a temas tan polémicos como la práctica del aborto, la eutanasia, la despenalización de la dosis personal y la garantía de derechos laborales para el ejercicio de la prostitución.

Quien resulte elegido hoy, deberá ocupar el puesto del ahora exmagistrado Juan Carlos Henao, de evidente doctrina liberal y si es reemplazado por Guerrero las cargas se invertirían. Sería la línea del Partido Conservador las que marcarían la mayoría en la Corte Constitucional.

Ya en la puja electoral, hasta la semana pasada el virtual ganador, aunque por un estrecho margen, era Guerrero. Sin embargo, según pudo establecer El Espectador, y tal como lo confirmó el mismo presidente Juan Manuel Santos en una entrevista con CM&, la preferencia del gobierno es que la Corte se mantenga de tendencia liberal y este planteamiento habría ido más allá del anuncio. Ante la inminente elección de Guerrero, se ha conocido de llamadas de funcionarios de Gobierno pretendiendo persuadir a los parlamentarios de votar por Medellín.

Así las cosas, lo que suceda previo a la elección será determinante y la agenda del Senado se presta para suspicacias. Precisamente hoy será el encuentro de la bancada del Partido de La U (encargado de inclinar la balanza en la elección) con el presidente Juan Manuel Santos y el alto consejero para asuntos políticos, Aurelio Iragorri, en la Casa de Nariño. Esta reunión se convierte en el lanzamiento de la nueva estrategia de diálogo con los partidos que emprendió Santos y que le permitirá a cada uno de los congresistas de la bancada interactuar con el mandatario al mejor estilo del gobierno del expresidente Uribe.

Si realmente es interés del gobierno influir en la elección del nuevo magistrado de la Corte Constitucional este sería el mejor escenario. Sobre el medio día habrá un encuentro de voceros de los diferentes partidos en la Presidencia del Senado y, aunque el motivo de este encuentro es definir lo referente a la reforma a las corporaciones autónomas regionales con el ministro de Ambiente, Frank Pearl, luego de este encuentro habría una decisión tomada frente a la escogencia del nuevo miembro del alto tribunal.

Por ahora todo está por pasar. Pero lo que es claro es que por encima de la línea ideológica que adopte la Corte Constitucional está la gobernabilidad de Santos, claramente deteriorada por el hundimiento de la reforma a la justicia, episodio en el cual el mandatario responsabilizó al Congreso de las irregularidades en su trámite. La inconformidad del Legislativo es evidente y cualquier movimiento de Santos o influencia en esta elección debe hacerse con pies de plomo. Es el manejo del Congreso para los dos años que quedan de gobierno lo que está en juego.