En la noche de este lunes cinco de mayo, las autoridades informaron sobre un nuevo ataque del Clan del Golfo a tropas del Ejército. En el municipio de Pueblo Nuevo (Córdoba), uniformados fueron atacados por el grupo armado; en el hecho murieron los soldados profesionales Albeiro Enrique Pertuz Cabarcas y Mario Alberto Pérez González.
Según señaló el Ejército Nacional, los uniformados del Batallón de Infantería No. 33 desarrollaban operaciones de protección de la población civil y acompañamiento a una diligencia de restitución de tierras en el corregimiento de Tierra Santa, de Buenavista, cuando fueron emboscados. El hecho fue atribuido a la subestructura Rubén Darío Ávila, del Clan del Golfo.
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Las autoridades señalaron que, tras el ataque en el que murieron los dos uniformados, se desplegó un dispositivo de seguridad en la zona para “adelantar actos urgentes”.
“Este comando rechaza con vehemencia estos actos delictivos que atentan contra integrantes de la Fuerza Pública, exponiendo a la población civil del sector, por lo cual se procederá a instaurar las denuncias respectivas ante las autoridades competentes”, señalaron desde el Ejército Nacional.
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Este ataque se da en medio de la compleja escalada violenta que vive el país, por cuenta de las retaliaciones de los grupos armados, en contra de las Fuerzas Militares y la Policía. Especialmente el “plan pistola” ejecutado por el Clan del Golfo, que del 16 de abril a la fecha deja 16 policías y cinco soldados muertos, según el Ministerio de Defensa.
El almirante Francisco Cubides, comandante general de las Fuerzas Militares, se pronunció recientemente sobre la situación. “Esta acción delictiva es una respuesta desesperada de los grupos armados ante los contundentes golpes que últimamente las Fuerzas Militares y la Policía han dado, particularmente al Clan del Golfo”, dijo.
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Desde el Ministerio de Defensa ya dictaron una serie de medidas de “autoprotección” para disminuir el riesgo de militares y policías de ser blanco de ataques sicariales fuera de su servicio, como ha ocurrido en el marco del “plan pistola”. Esto, sumado a la continuidad de operaciones de Fuerza Pública, como la Operación Agamenón, para replegar la acción de los grupos al margen de la ley.
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