
El 19 de mayo de 1997, en el barrio Chapinero Alto de Bogotá, cinco hombres armados vestidos de negro irrumpieron en el apartamento de Mario Calderón y Elsa Alvarado, dos defensores de derechos humanos que trabajaban en el Centro de Investigación y Educación Popular (Cinep). Los obligaron a arrodillarse y luego les dispararon. La misma suerte corrió Carlos Alvarado, papá de Elsa. A un poco más de dos meses de que se cumplan 28 años de ese escabroso crimen, sus familiares aún reclaman justicia en contra de los perpetradores, y más...

Por Santiago Díaz Gamboa
Periodista de la sección Judicial, a cargo de los temas sobre procesos penales, corrupción, investigaciones, juicios y decisiones que impactan en la construcción de paz y justicia.@sdiazgamsdiazg@elespectador.com

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