¿Y el Eln cuándo liberará a Ramón José Cabrales?

Mientras el Gobierno celebró regreso del cabo del Ejército Jair de Jesús Villar, quien se encontraba en poder del Eln desde el pasado 3 de febrero, una familia en Norte de Santander lleva más de siete meses esperando a que esta guerrilla libere a Ramón José Cabrales. El presidente Juan Manuel Santos consideró un “gesto positivo” la liberación del uniformado Villar, sin embargo, le pidió coherencia al Eln en sus acciones y condicionó el inicio público de las conversaciones con ese grupo armado al regreso sano y salvo de Ramón Cabrales.

Fuentes consultadas indicaron que no hay razón para que el grupo guerrillero tenga en sus manos a Ramón Cabrables, quien es alto consejero para la provincia de Ocaña de la gobernación de Norte de Santander, pues nunca había sido amenazado y su trabajo en el Catatumbo era especialmente con víctimas. En un principio se dijo que el secuestro de cabrales era político, pero luego se confirmó que el Eln estaba exigiendo una alta suma de dinero.

Para muchos la solicitud del Eln era una injusticia y un exabrupto, pues la liberación de un civil no podía estar supeditada a la entrega de un dinero. Desde el 3 de septiembre de 2015, cuando se conoció que fue secuestrado cuando salía de su finca en Venadillo, ubicada en zona rural de Ocaña (Norte de Santander), su familia –padre, madre, esposa y dos hijos– han pedido que se le respete su vida, integridad y que lo devuelvan sano y salvo. Su madre, Marlene Camacho, le dijo al Gobierno que debían cumplir su promesa de no iniciar la fase pública de los diálogos de paz con el Eln hasta que Razón Cabrales en libertad.

“Es un compromiso ante la opinión pública. Estamos muy preocupados por su estado de salud porque tiene una prótesis ocular y en esas condiciones es complicado. No tenemos más pruebas de supervivencia. No hay ninguna justificación para que un hombre como como mi hijo esté secuestrado tanto tiempo. Es una persona honesta, trabajadora y la comunidad lo quiere y lo reclama. Ha sido el secuestro que más ha sentido Ocaña. En esta región hay muchos secuestros, pero la comunidad lo ha sentido y por eso exige su liberación. Los alcaldes y el gobernador de Norte de Santander claman su regreso. Y el Eln hace oídos sordos”, le dijo a El Espectador Marlene Camacho.

Desde las 5 de la tarde de ese 3 de septiembre, cuando Ramón Cabrales salía de su finca junto a su padre Manuel José Cabrales Aycardi –el único de tres hermanos que no fue secuestrado por la guerrilla–, su familia ha padecido una pesadilla. Su madre señaló que la liberación del cabo Villar le produce sentimientos encontrados, pues si bien una familia terminó su sufrimiento, ellos no han tenido tranquilidad desde hace seis meses y 17 días, cuando recibió la llamada de su hijo avisándole que estaba en manos del Eln.

“Al ser un secuestro que se divulgó tanto, por la misma historia de la familia que es el cuarto secuestro, se volvió muy político. Desde octubre el presidente está pidiendo la liberación para seguir con la negociación en la fase final con el Eln. El 16 de octubre el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, se pronunció diciéndole al Eln que si querían negociar tenían que liberar a Ramón José”, sostuvo Marelene Camacho.

Hace dos meses su esposa Meliza Castro recibió la única prueba de supervivencia que existe de Ramón José. “Querido padre, madre mía, hermanos, mi amada Meliza, mis hijos, Sarita y Manuel José, les mando este video para que vean que estoy bien”, fueron las primeras palabras de Ramón José Cabrales en el video que se conoció por RCN el pasado 26 de enero. Nada ha sucedido desde ese entonces. No han llegados más pruebas que permitan conocer el estado de salud de Cabrales, lo que para la familia es lo más cruel, pues están en constante incertidumbre.

La familia espera que el presidente Santos cumpla su promesa y no los deje solos. Le piden al Eln entrar en razón y dejar en libertad a Ramón José en un acto humanitario y de paz. Guardan la esperanza de que lo ocurrido este domingo con el cabo Jair de Jesús Villar se repita en su caso: que una comisión humanitaria, conformada por personal del Comité Internacional de la Cruz Roja y miembros de la Iglesia Católica se encarguen de recibir a Ramón.

Mientras el Gobierno celebró regreso del cabo del Ejército Jair de Jesús Villar, quien se encontraba en poder del Eln desde el pasado 3 de febrero, una familia en Norte de Santander lleva más de siete meses esperando a que esta guerrilla libere a Ramón José Cabrales. El presidente Juan Manuel Santos consideró un “gesto positivo” la liberación del uniformado Villar, sin embargo, le pidió coherencia al Eln en sus acciones y condicionó el inicio público de las conversaciones con ese grupo armado al regreso sano y salvo de Ramón Cabrales.

Fuentes consultadas indicaron que no hay razón para que el grupo guerrillero tenga en sus manos a Ramón Cabrables, quien es alto consejero para la provincia de Ocaña de la gobernación de Norte de Santander, pues nunca había sido amenazado y su trabajo en el Catatumbo era especialmente con víctimas. En un principio se dijo que el secuestro de cabrales era político, pero luego se confirmó que el Eln estaba exigiendo una alta suma de dinero.

Para muchos la solicitud del Eln era una injusticia y un exabrupto, pues la liberación de un civil no podía estar supeditada a la entrega de un dinero. Desde el 3 de septiembre de 2015, cuando se conoció que fue secuestrado cuando salía de su finca en Venadillo, ubicada en zona rural de Ocaña (Norte de Santander), su familia –padre, madre, esposa y dos hijos– han pedido que se le respete su vida, integridad y que lo devuelvan sano y salvo. Su madre, Marlene Camacho, le dijo al Gobierno que debían cumplir su promesa de no iniciar la fase pública de los diálogos de paz con el Eln hasta que Razón Cabrales en libertad.

“Es un compromiso ante la opinión pública. Estamos muy preocupados por su estado de salud porque tiene una prótesis ocular y en esas condiciones es complicado. No tenemos más pruebas de supervivencia. No hay ninguna justificación para que un hombre como como mi hijo esté secuestrado tanto tiempo. Es una persona honesta, trabajadora y la comunidad lo quiere y lo reclama. Ha sido el secuestro que más ha sentido Ocaña. En esta región hay muchos secuestros, pero la comunidad lo ha sentido y por eso exige su liberación. Los alcaldes y el gobernador de Norte de Santander claman su regreso. Y el Eln hace oídos sordos”, le dijo a El Espectador Marlene Camacho.

Desde las 5 de la tarde de ese 3 de septiembre, cuando Ramón Cabrales salía de su finca junto a su padre Manuel José Cabrales Aycardi –el único de tres hermanos que no fue secuestrado por la guerrilla–, su familia ha padecido una pesadilla. Su madre señaló que la liberación del cabo Villar le produce sentimientos encontrados, pues si bien una familia terminó su sufrimiento, ellos no han tenido tranquilidad desde hace seis meses y 17 días, cuando recibió la llamada de su hijo avisándole que estaba en manos del Eln.

“Al ser un secuestro que se divulgó tanto, por la misma historia de la familia que es el cuarto secuestro, se volvió muy político. Desde octubre el presidente está pidiendo la liberación para seguir con la negociación en la fase final con el Eln. El 16 de octubre el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, se pronunció diciéndole al Eln que si querían negociar tenían que liberar a Ramón José”, sostuvo Marelene Camacho.

Hace dos meses su esposa Meliza Castro recibió la única prueba de supervivencia que existe de Ramón José. “Querido padre, madre mía, hermanos, mi amada Meliza, mis hijos, Sarita y Manuel José, les mando este video para que vean que estoy bien”, fueron las primeras palabras de Ramón José Cabrales en el video que se conoció por RCN el pasado 26 de enero. Nada ha sucedido desde ese entonces. No han llegados más pruebas que permitan conocer el estado de salud de Cabrales, lo que para la familia es lo más cruel, pues están en constante incertidumbre.

La familia espera que el presidente Santos cumpla su promesa y no los deje solos. Le piden al Eln entrar en razón y dejar en libertad a Ramón José en un acto humanitario y de paz. Guardan la esperanza de que lo ocurrido este domingo con el cabo Jair de Jesús Villar se repita en su caso: que una comisión humanitaria, conformada por personal del Comité Internacional de la Cruz Roja y miembros de la Iglesia Católica se encarguen de recibir a Ramón.