“Mantén tu cara hacia el sol y no podrás ver las sombras. Es lo que hacen los girasoles”.
La frase se le atribuye ampliamente a Hellen Keller, una autora y activista estadounidense, quien perdió la visión y la audición antes de cumplir 20 años, reconocida por liderar la lucha por los derechos para personas con discapacidades.
Si bien la frase podría pasar por una tarjeta que en el encabezado diga “Mejórate pronto” o una calcomanía con fines motivacionales, hay algo rotundo en sus palabras que quizá sólo se entiende bien viendo un campo de girasoles.
Hay algo poderoso y rotundo en esta planta, una suerte de felicidad y plenitud. Vicent Van Gogh, el gran maestro holandés, es ampliamente reconocido por una variedad de pinturas y temas. Entre estos destaca una serie de cinco girasoles, que son algunos de sus trabajos más populares. El artista escribió que la planta guardaba un gran significado para él, pues le comunicaba “gratitud”, de acuerdo con una reseña del museo que guarda su obra en Holanda.
Y para todas sus bondades estéticas y vitales, si se quiere, los girasoles son mucho más usados en industria que en jardinería. En el lado de la agricultura, esta planta es muy apreciada por sus semillas, para la producción de aceite vegetal y como alimento para ganado.
Por ejemplo, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España, el girasol es el tercer cultivo herbáceo más importante de ese país, después de la cebada y eltrigo y e
Características y cuidados del girasol
El girasol es una planta que puede crecer en una amplia gama de suelos y climas, dependiendo de la variedad que se esté cultivando y las expectativas de cosecha (por si se quiere hacer un uso agrícola d ela planta).
De forma general, sus condiciones óptimas de desarrollo se dan en suelos con un PH neutro, que cuenten con buen drenaje y cuya composición sea más hacia lo ligero que hacia la tierra compactada.
En términos de temperatura, los girasoles se encuentran a gusto entre los 20 y 27 grados centígrados. Pueden resistir temperaturas más altas con un riego más regular y pronunciado. Sin embargo, son plantas más susceptibles al frío, especialmente a las heladas. La clave a la hora de plantarlos en climas más frescos es garantizarles toda la luz que se pueda.
El girasol, como su nombre lo indica, es una planta cuyo mayor requerimiento es una exposición constante al sol directo. Esta especie tiene la capacidad de girarse, de forma diaria, para recibir los rayos del sol de la mejor forma posible. Y es no sólo una de sus mayores características, sino también de sus encantos. De ahí la magia de la frase de Heller con la que arrancamos este texto.
Como mínimo, el girasol necesita de seis horas de luz directa para crecer de forma adecuada, independientemente si se requiere para usos agrícolas o para jardinería.
Ahora bien, en términos de agua, el girasol es una planta algo caprichosa y contradictoria, quizá.
Requiere de un riego constante, pues precisa de un buen volumen para desarrollarse óptimamente, pero, a la vez, pierda mucha humedad en términos de evaporación y de aprovechamiento del agua.
Lo paradójico del caso es que, como anota el Ministerio de Agricultura de España, es una planta que se adapta bien a las sequías y muestra una notable y pronta recuperación después de un periodo seco.
Esto no es para decir que puede sobrevivir sin agua o que se debe bajar la pauta de riego. Más como para tener en cuenta que, por razones de fuerza mayor, puede sobrevivir con poca agua o con menos de la usual.
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