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Guía del perejil: cultivo, cuidados y propiedades que debe conocer

Considerado uno de los condimentos esenciales en muchas culturas, esta planta es ideal para cultivar en huertas caseras por su adaptabilidad, su valor culinario y sus múltiples usos medicinales.

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La  Huerta
20 de junio de 2025 - 10:00 p. m.
El perejil es mucho más que un condimento de cocina: se trata de una planta con numerosas propiedades medicinales que lo convierten en un verdadero aliado para la salud
El perejil es mucho más que un condimento de cocina: se trata de una planta con numerosas propiedades medicinales que lo convierten en un verdadero aliado para la salud
Foto: Pixabay
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En cualquier cocina, pocas hierbas son tan apreciadas como el perejil. Cultivarlo en casa no solo es sencillo, sino que le permitirá tener siempre a mano un ingrediente fresco, natural y lleno de propiedades.

El perejil (Petroselinum crispum) es una planta herbácea de la familia Apiaceae que se originó en la región mediterránea central y posteriormente se extendió por toda Europa y el mundo. Esta planta aromática puede cultivarse tanto como anual o bienal, formando una característica roseta de hojas muy divididas que alcanza los 30 cm de altura, mientras que sus tallos pueden superar los 120 cm y producir pequeñas flores de color verde amarillento y negro.

Su cultivo tiene una historia de más de tres mil años, siendo una de las plantas aromáticas más valoradas en la gastronomía mundial. Los antiguos griegos y romanos ya la utilizaban como condimento para aromatizar diversos guisos, estableciendo una tradición culinaria que perdura hasta nuestros días. De hecho, se debe a esta antiguedad que se han desarrollado diferentes variedades, incluyendo el perejil liso y el crespo, así como el perejil grande (Petroselinum sativum tuberosum), que posee una raíz engrosada similar a la chirivía que se consume como hortaliza.

En cuanto a su distribución geográfica, el perejil se encuentra naturalizado en huertos, jardines, márgenes de caminos, muros y cultivos de toda Europa y parte de Asia. También se ha aclimatado exitosamente en las zonas templadas de América, demostrando su capacidad de adaptación a diferentes condiciones climáticas y ambientales.

El perejil es mucho más que un condimento de cocina: se trata de una planta con numerosas propiedades medicinales que lo convierten en un verdadero aliado para la salud. Según el Jardín Botánico de Bogotá, actúa como antibiótico natural y antiséptico, ayudando a combatir infecciones de forma eficaz. Además, gracias a su efecto diurético y digestivo, es útil en el tratamiento de afecciones renales, como cálculos e infecciones urinarias. También funciona como expectorante en casos de problemas respiratorios. Por otro lado, se le atribuyen beneficios para aliviar el reumatismo y favorecer la cicatrización de heridas.

Desde el punto de vista culinario, la institución menciona que el perejil es uno de los condimentos más versátiles y populares en la gastronomía mundial. Se utiliza ampliamente para realzar el sabor de salsas, carnes y sopas, aportando un toque fresco y aromático a los platos. Su uso no se limita solo a la cocción, sino que también se consume fresco en ensaladas, donde aporta tanto sabor como valor nutricional a las preparaciones.

El valor nutricional del perejil es notable, especialmente por su alto contenido de vitamina C, que le confiere propiedades antioxidantes y contribuye al fortalecimiento del sistema inmunológico. Esta vitamina también es esencial para la síntesis de colágeno y neurotransmisores en el organismo. Adicionalmente, el perejil contiene miristicina, un compuesto que actúa como estimulante menstrual y posee efectos vasodilatadores, lo que explica algunos de sus beneficios terapéuticos tradicionales.

Cómo cultivar Perejil

1. Primer paso: sembrar

Si desea cultivar perejil a partir de semillas, lo más recomendable es sembrarlas directamente en el terreno definitivo, ya que esta planta no responde bien al trasplante. Para mejorar la germinación, puede remojar las semillas en agua durante 12 a 24 horas antes de sembrarlas. Tenga en cuenta que la germinación puede tardar entre dos y tres semanas, y que no todas las semillas brotan, por lo que es útil sembrar en mayor cantidad y luego aclarar.

  • Siembre a una profundidad de 0,5 a 1 cm, con 15 a 20 cm de distancia entre plantas.
  • Remoje las semillas antes de sembrar para facilitar la germinación.
  • Siembre densamente y aclare después para asegurar un buen desarrollo.

2. Segundo paso: cuidados en el desarrollo

  • Riego: Mantenga la tierra húmeda, pero sin encharcar. El riego regular es clave para un crecimiento saludable.
  • Fertilización: Aplique abonos orgánicos o compost durante el desarrollo, especialmente si observa hojas pálidas o crecimiento lento.
  • Poda: Retire las hojas marchitas o amarillentas para estimular el rebrote y evitar que la planta se vuelva leñosa.

3. Tercer paso: Cosecha

  • Puede comenzar a cosechar entre los 2 y 3 meses después de la siembra.
  • Corte los tallos externos cuando tengan entre 5 y 10 cm de altura.
  • La mejor hora para cosechar es temprano en la mañana, antes de que la planta sufra por el calor.
  • Siempre corte al ras del suelo para estimular la producción de nuevos brotes.
  • Ojo, después de florecer, la planta completa su ciclo y debe retirarse del huerto. Las matas retiradas pueden aprovecharse para hacer compost.

Cuidados generales:

Luz

  • El perejil necesita entre 4 y 6 horas de sol directo al día para crecer de forma saludable. La exposición solar favorece la producción de hojas con buen sabor y contenido nutricional. En climas templados o fríos, se recomienda ubicar el cultivo en un lugar con luz plena para que la planta reciba el máximo de energía solar durante el día.
  • Sin embargo, en regiones con temperaturas altas o exposiciones prolongadas al sol fuerte, puede beneficiarse de algo de sombra parcial durante las horas más calurosas.

Clima

  • El perejil prefiere temperaturas frescas y moderadas, por lo que su desarrollo se ve afectado en condiciones de calor extremo. Es una planta sensible a los cambios drásticos de temperatura, especialmente durante las primeras etapas de crecimiento. En regiones muy cálidas, puede mostrar signos de estrés, como hojas marchitas o pérdida de vigor. Por eso, se recomienda sembrarlo en épocas donde las temperaturas no superen los 25 °C de forma constante.
  • Aunque el perejil puede tolerar heladas ligeras, es especialmente vulnerable durante la germinación. Si se cultiva en zonas frías, es importante proteger las semillas y las plántulas jóvenes mediante cobertores o sembrar en interiores para trasplantar cuando el clima sea más estable.

Riego

  • El perejil requiere un riego constante para mantener la tierra húmeda, pero sin encharcarla. Un suelo seco puede causar estrés hídrico, amarillamiento de las hojas y una menor producción. Por eso, lo ideal es aplicar riegos profundos una o dos veces por semana, ajustando la frecuencia según el clima y el tipo de suelo.
  • Para conservar la humedad y evitar el crecimiento de malezas, muchos jardineros aplican una capa de mantillo alrededor de la planta. Materiales como paja, compost o viruta de madera ayudan a regular la temperatura del suelo y reducen la pérdida de agua. También es importante evitar mojar en exceso el follaje, ya que puede favorecer enfermedades fúngicas.

Suelo

  • El perejil prospera en suelos sueltos, con buen drenaje y ricos en materia orgánica. Un suelo compacto o arcilloso retiene demasiada humedad, lo que puede provocar pudrición de las raíces. Por eso, antes de sembrar, conviene aflojar bien la tierra e incorporar compost maduro o humus de lombriz, lo cual mejora la estructura y fertilidad del suelo.
  • El pH ideal se encuentra entre 6 y 7, ligeramente ácido a neutro. Si el suelo de su jardín es muy ácido o alcalino, puede corregirlo agregando cal o materia orgánica según el caso.

Abono

  • Durante la temporada de crecimiento, el perejil se beneficia de una fertilización regular. Puede utilizarse un fertilizante equilibrado cada 4 a 6 semanas para estimular la producción de hojas verdes y saludables. Si opta por abonos orgánicos, el compost o el estiércol bien descompuesto son excelentes alternativas para enriquecer el suelo.
  • Es importante no excederse con los nutrientes, especialmente el nitrógeno. Un exceso puede hacer que la planta crezca demasiado rápido, generando hojas grandes pero con sabor más débil.

Plagas

  • El perejil es generalmente resistente, pero puede verse afectado por plagas comunes como pulgones, ácaros o gusanos del perejil (orugas de la mariposa cometa negra). Los pulgones y ácaros se alimentan de la savia y causan deformación de hojas. En estos casos, se recomienda rociar las plantas con agua jabonosa o aplicar insecticidas naturales, como aceite de neem. Entre las enfermedades más comunes del perejil están las fúngicas, como el mildiu y las manchas foliares, que suelen aparecer en condiciones de humedad excesiva o poca ventilación. Para prevenir estos problemas, es fundamental asegurar una buena circulación de aire entre plantas y regar directamente en la base, sin mojar las hojas.
  • Las hojas amarillentas también pueden ser una señal de exceso de agua o carencia de nutrientes. En estos casos, revise el plan de riego y considere aplicar un fertilizante equilibrado si la planta no mejora. Mantener el cultivo aireado, limpio y con riegos adecuados es la mejor estrategia para evitar la mayoría de enfermedades.

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