Publicidad

Senderos en jardinería: qué son y cómo puede construir el suyo

Los senderos de jardín organizan el espacio, facilitan el tránsito y aportan estética, combinando funcionalidad, materiales adecuados y diseño creativo para integrarse naturalmente al paisaje.

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
La  Huerta
04 de septiembre de 2025 - 06:09 p. m.
Al llegar, comience su recorrido en el Clos Normand, el jardín de flores situado frente a la casa.
Al llegar, comience su recorrido en el Clos Normand, el jardín de flores situado frente a la casa.
Foto: Pixabay
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Los senderos son mucho más que simples caminos dentro de un jardín: son las líneas que lo organizan y le dan sentido. Facilitan el tránsito cómodo y seguro hacia zonas de descanso, áreas de cultivo o la entrada del hogar, al mismo tiempo que evitan el daño de las plantas y hacen más sencillo el mantenimiento. Su importancia va más allá de lo práctico. También cumplen una función estética, aportando estructura, diseño y armonía, de modo que el jardín se perciba como un todo coherente.

Se les suele llamar la columna vertebral del jardín porque marcan el recorrido, despiertan expectativa y guían la mirada. Cuando están bien diseñados, logran integrarse en el paisaje de manera natural, como si hubieran estado ahí desde siempre.

Es por todo esto que aquí le decimos que debe considerar a la hora de tener uno.

¿Cuál es la función de un jardín?

Según Gardening SG, una iniciativa de la National Parks Board (NParks) en Singapur, los senderos son el punto de partida en cualquier diseño de jardín. Construirlos antes que otros elementos es clave, pues determinan cómo se recorre y disfruta el espacio, además de garantizar que sea accesible y seguro en el tiempo.

Más allá de facilitar el tránsito, los caminos también pueden invitar al descanso, al juego y a la contemplación. Diseños creativos, como un sendero en forma de rayuela o una pasarela de madera ondulada, convierten un simple recorrido en una experiencia lúdica que conecta a las personas con la naturaleza y hace del jardín un lugar más dinámico.

En jardines amplios, los senderos pueden conducir a pequeños refugios sombreados, perfectos para sentarse a leer, tomar un tinto o simplemente contemplar el cielo. Así, los caminos se convierten en hilos que no solo organizan el espacio, sino que también integran la funcionalidad con momentos de bienestar.

¿Cómo diseñar un sendero adecuadamente?

Gardening SG menciona que antes de construir un sendero, tenga en cuenta el lugar y el uso que se le dará. No es lo mismo un camino pensado para un jardín privado que para un espacio comunitario, donde debe ser más amplio y accesible. El ancho es clave: mientras los senderos más anchos ofrecen comodidad, también reducen el área disponible para plantar, por lo que conviene equilibrar diseño y funcionalidad. Todos deben ser estables y seguros, permitiendo caminar con facilidad y trabajar en el jardín sin riesgos.

Por ejemplo, cuando se requiere accesibilidad, como en senderos adaptados para sillas de ruedas, lo ideal es usar materiales resistentes como hormigón o ladrillo, con un ancho de 1,5 a 2 m para permitir giros y acompañamiento. Estos caminos no deben tener escalones ni bordes.

En zonas de mayor tránsito —entradas, puntos de agua o bodegas— se recomiendan caminos principales de al menos 0,9 m de ancho, igualmente construidos con materiales firmes que soporten uso constante.

La clave está en mantener coherencia con el carácter del jardín. Una vez definido el recorrido, el siguiente paso es elegir los materiales para construirlo. Cada opción aporta un carácter propio y genera un diálogo distinto con el entorno:

  • Piedra partida: transmite rusticidad y permite un buen drenaje, ideal en jardines de aspecto natural.
  • Piedras irregulares: favorecen un estilo orgánico, ya que la vegetación puede crecer entre las juntas, integrando el camino al paisaje.
  • Madera: brinda calidez y cercanía, aunque exige un mantenimiento constante frente a la humedad.
  • Hormigón alisado: aporta solidez y practicidad, perfecto en diseños contemporáneos o minimalistas.
  • Grava o canto rodado: alternativa económica, versátil y drenante, especialmente atractiva cuando se combina con especies silvestres.

Eso sí, un camino necesita estar delimitado para generar la sensación de tránsito natural. Una forma efectiva es bordearlo con vegetación:

  • Gramíneas: Panicum virgatum, Paspalum o Miscanthus aportan movimiento y se integran con el entorno.
  • Herbáceas: salvias, dalias, rosas u hortensias embellecen y atraen polinizadores como mariposas y abejas.

Además del piso, se pueden añadir estructuras que aporten sombra y atractivo visual:

  • Pérgolas livianas: ofrecen sombra parcial y ordenan el recorrido.
  • Arcos con enredaderas: generan floraciones durante el año y despiertan la curiosidad por lo que hay más adelante.

Estos elementos no solo cumplen un papel funcional, también suman misterio y dimensión al jardín.

Pero ojo, la preparación del terreno es fundamental, Gardening SG recomienda que limpie raíces y malas hierbas, nivele y compacte la superficie. Puede colocar una malla antihierbas antes de extender grava, corteza de pino u otros áridos. Las piezas quedarán mejor integradas si hacen contacto directo con el suelo y, si están rodeadas de césped, conviene sembrar alrededor para lograr una apariencia natural y evitar malas hierbas.

Finalmente, considere la distancia natural del paso al disponer las piezas, de modo que el recorrido sea cómodo. Puede optar por una disposición simétrica para un jardín formal o asimétrica para un efecto más espontáneo.

Paso a paso: cómo construir un sendero

  1. Trazar el recorrido. Use listones de madera para un camino recto o una manguera para uno curvo. Marque los límites con arena o harina.
  2. Distribuir las piezas. Pruebe la colocación dentro de los límites, combinando tamaños si son irregulares, y respete la distancia de una pisada real.
  3. Marcar y excavar. Delimite la primera pieza con una pala y cave un poco más profundo que su grosor, retirando raíces y piedras.
  4. Preparar la base. Rellene con arena, compacte bien y nivele con rastrillo y nivel de burbuja.
  5. Colocar la pieza. Póngala sobre la arena, compruebe que quede firme y ajuste con más arena si es necesario. Rellene huecos laterales con sustrato si está sobre césped.
  6. Repetir el proceso. Continúe con el resto de piezas, verificando que ninguna sobresalga y que todas queden niveladas.

🌳 ☘️ 🌿 Encuentre en La Huerta toda la información sobre plantas, jardinería, cultivos y siembra. 🍂🌺 🌼

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.