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¿Ha visto alguna vez una planta que parece salida de un cuento por sus formas, colores y resistencia? El Tropaeolum tricolor, también llamado soldadito rojo o capuchina chilena, es una de esas especies que sorprenden por todo lo que son capaces de hacer para sobrevivir.
El Tropaeolum triclor, es una especie perenne endémica de Chile perteneciente a la familia Tropaeolaceae. Se caracteriza por ser una planta herbácea trepadora o colgante que surge de un tubérculo rosado o rojizo subterráneo. Sus tallos son delgados y dispersos, capaces de extenderse hasta 2 o 3 metros de longitud en su hábitat natural, aunque cuando se cultiva en macetas su tamaño es considerablemente menor. Las hojas son casi redondas, tienen cinco o seis divisiones profundas, son de color verde y el tallo se une justo en el centro de la hoja.
Las flores del soldadito rojo son lo más llamativo de la planta. Nacen de forma individual en tallos largos que salen entre las hojas y tienen forma de embudo alargado, de unos 3 centímetros. Sus sépalos son rojos, naranjas o amarillos, con una franja púrpura en la punta y un espolón rojo que se extiende hacia atrás. Los pétalos son pequeños, redondeados y de color amarillo verdoso. Como suelen crecer en fila, se cree que por eso la planta recibió el nombre de “soldadito”, ya que en floración crea un efecto visual muy llamativo.
Esta especie es nativa de Chile, donde crece naturalmente en diversos ecosistemas montañosos. En el norte del país habita los bosques nubosos de las montañas costeras, estableciéndose a altitudes que oscilan entre 300 y 900 metros. Hacia el sur, coloniza los bosques templados del interior de las regiones central y de Los Lagos, adaptándose a diferentes elevaciones y condiciones ambientales.
El Tropaeolum tricolor tiene varias adaptaciones que le permiten sobrevivir en su entorno natural. Sus tubérculos crecen bien enterrados, lo que le ayuda a resistir temperaturas de hasta -8 °C y soportar breves nevadas. También puede aguantar hasta 10 meses de sequía entrando en un estado de reposo, en el que conserva energía.
Cuidados
Luz
- Requiere pleno sol para prosperar óptimamente, necesitando al menos seis horas de luz solar directa al día. Esta exposición abundante es fundamental para el desarrollo saludable de sus características flores tubulares coloridas.
- Si decide cultivarla en maceta o como planta colgante en interiores, debe ubicarla en un alféizar muy luminoso, preferiblemente orientado hacia el sol naciente para aprovechar la luz matutina.
- Ojo, la falta de luz solar adecuada afectará directamente la producción de flores, reduciendo el espectáculo visual que caracteriza a esta especie. Por tanto, es crucial asegurar una ubicación que reciba la mayor cantidad de luz solar posible para mantener su vigor y belleza ornamental.
Clima
- La temperatura ideal para el crecimiento de la Tropaeolum tricolor oscila entre 20-35°C, aunque puede tolerar un rango más amplio de 0-38°C. Esta planta no puede sobrevivir a heladas, pero demuestra una notable resistencia a la sequía y puede soportar olas de calor hasta cierto punto.
- Es importante protegerla de temperaturas extremas y cambios bruscos que puedan generar estrés. Durante los meses más fríos, requiere protección contra las heladas, mientras que en períodos de calor intenso puede necesitar algo de sombra parcial.
Riego
- Requiere riego semanal, manteniendo un equilibrio hídrico sin excesos ni carencias. Esta planta prospera en ambientes húmedos, similar a las condiciones de su hábitat nativo, pero es fundamental evitar el encharcamiento
- El exceso de agua puede propiciar la pudrición de las raíces, uno de los problemas más serios que puede enfrentar. Por tanto, es preferible mantener el sustrato ligeramente húmedo pero con excelente drenaje.
Humedad
- La Tropaeolum tricolor se desarrolla mejor en ambientes con buena humedad ambiental, reflejando las condiciones húmedas de su hábitat natural. Para plantas cultivadas en interiores, se puede aumentar la humedad mediante nebulización regular o colocando la planta cerca de un humidificador. También es beneficioso agruparla con otras plantas para crear un microclima más húmedo.
Suelo
- La Tropaeolum tricolor no requiere suelos ricos en nutrientes para crecer satisfactoriamente; de hecho, prefiere suelos de fertilidad moderada. El tipo de suelo ideal es tierra de jardín común con buen drenaje, ya que el encharcamiento puede ser fatal para la planta. Un suelo arenoso con drenaje eficiente es la mejor opción para esta especie.
- El pH óptimo debe ser ligeramente alcalino, oscilando entre 6.1-7.8. Es importante evitar suelos demasiado fértiles, ya que esto puede provocar un crecimiento excesivo del follaje a expensas de la floración. Un sustrato bien drenado es fundamental para prevenir la pudrición de raíces y otros problemas relacionados con el exceso de humedad.
Abono
- La fertilización de la Tropaeolum tricolor debe ser muy moderada, ya que un exceso de nutrientes puede ser contraproducente. El exceso de fertilizantes causa que la planta produzca abundante follaje pero muy pocas flores, reduciendo su valor ornamental.
- Se recomienda agregar pequeñas cantidades de fertilizantes orgánicos como humus o turba, mezclándolos en el suelo al inicio de la temporada de crecimiento. Es fundamental ser muy cauteloso con cualquier adición de nutrientes, priorizando siempre un enfoque conservador para mantener el equilibrio entre crecimiento vegetativo y floración.
Poda
- La poda de la Tropaeolum tricolor debe realizarse a principios de primavera o finales de invierno, eliminando tallos muertos o débiles para fomentar un crecimiento robusto y una floración abundante. Esta práctica es esencial para mantener la planta en forma y controlar su expansión natural como trepadora. La poda temprana en la temporada de crecimiento maximiza tanto la salud como el atractivo visual de la planta.
- Es importante recortar los brotes excesivamente largos para mantener la forma deseada y asegurar una circulación de aire adecuada. Esto reduce el riesgo de enfermedades y promueve un follaje más denso.
Plagas y Enfermedades
- Las principales plagas que afectan a esta planta incluyen minadores de hojas, que crean líneas blancas retorcidas o manchas circulares en el follaje, y escarabajos de las hojas que producen pequeños agujeros redondos. Para casos leves, se puede realizar remoción manual de los insectos, mientras que infestaciones severas requieren tratamiento con insecticidas orgánicos como aceite de neem o insecticidas sintéticos.
- Entre las enfermedades más comunes se encuentra la pudrición de hojas, causada por patógenos bacterianos, y la marchitación después de la floración debido a condiciones ambientales inadecuadas. El tratamiento incluye la eliminación de partes afectadas con herramientas esterilizadas, aplicación de bactericidas a base de cobre para infecciones, y ajuste de las condiciones de riego, humedad y temperatura para prevenir problemas futuros. La prevención mediante buenas prácticas de cultivo es siempre preferible al tratamiento correctivo.
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