
Un animal de apoyo emocional brinda consuelo, estabilidad y, en muchos casos, ayuda a salvar vidas.
Foto: PIXABAY
El concepto de animal de apoyo emocional surgió en la década de 1990 en Estados Unidos, impulsado por profesionales de la salud mental que identificaron beneficios terapéuticos en la compañía de ciertos animales para personas con trastornos como ansiedad, depresión, estrés postraumático, entre otros.
A diferencia de los animales de servicio, como los perros guía, estos no requieren entrenamiento formal ni especializado; su función principal es brindar consuelo y acompañamiento a personas con diagnósticos de salud mental.
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Por Mariana Álvarez Barrero
Periodista de la Universidad del Rosario. Apasionada por la agenda global, la literatura y la economía. Además, presentadora de Moneygamia, formato audiovisual de finanzas fáciles de El Espectador.malvarez@elespectador.com