Chocolate, el gato que no para de recibir rechazo: vuelve al refugio por tercera vez

Cuando una persona está interesada en adoptar a una mascota, normalmente se toma el trabajo de conocerla un poco antes de decidir llevarla a casa, le pregunta a los voluntarios qué han aprendido al pasar tiempo con el animal y hasta se puede cuestionar si está preparado para acoger a un amiguito peludo.

Porque hay quienes luego de tomar una decisión pueden arrepentirse y como resultado se pueden romper corazones, en especial de los peludos. Tal como le sucedió a Chocolate, un gato del refugio Orange Country Animal Services, ubicado en Florida (Estados Unidos).

Desafortunadamente, sus adoptantes anteriores no estaban preparados para darle todo lo que necesitaba para su bienestar. Así que retornó por tercera vez el albergue. Al escuchar de esta triste historia, el fotógrafo del refugio, Albert Harris, decidió a ayudarlo a encontrar otro hogar, pero esta vez, uno que fuera para siempre, tomándole excelentes fotos y visibilizando su historia.

Pues, para Harris, el cariñoso gatico solo busca amor y paciencia. Ya que el felino, aunque retornó al centro de ayuda, está muy feliz por ver a su amigo y no duda en pedirle que le frote la cabeza y lo acaricie. “Cuando veo lo cariñoso que es, casi me cuesta creer que es la tercera vez que está en el refugio de animales”, expresó Aol, blog dedicado a mascotas.

A pesar de su carisma, la triste historia de Chocolate empezó cuando lo encontraron en la calle y deambulando por un edificio de apartamentos, tres años después de que el alberque le encontró un hogar por primera vez. Así que volvió a su lugar seguro y fue adoptado nuevamente. Pero, regresó solo 10 días después por ser “demasiado vocal” y maullar.

Lo más desgarrador, según cuentan los responsables del lugar, es que el gato no tiene ni idea de por qué siempre vuelve al refugio, en el que recibe todo el amor y atención, que las personas que lo han acogido no le han brindado.

Sobre la última experiencia que tuvo el felino, los voluntarios del albergue explicaron que para los gatos, los maullidos son solo una forma de comunicarse con otros gatos y sus dueños. Puede significar cualquier cosa, desde “hola” hasta “por favor, acaríciame” y “¡vete!”.

Por ende, es importante prestar atención al lenguaje corporal de un gato y al tono de su maullido para hacer una suposición fundamentada de lo que podría significar. Si Chocolate estuviera sentado al lado de alguien o incluso tocándolo mientras daba un maullido breve y dulce, estaría pidiendo atención.

Pero si estuviera maullando repetidamente mientras estaba parado frente a una puerta, es posible que quisiera salir. Estos son ejemplos, por supuesto, pero hay muchas razones detrás del maullido de un gato. Solo será esperar para que la mascota encuentre un buen hogar en el que no necesite maullar tanto.

🐾 ¿Quiere estar al día y conocer las últimas noticias sobre el mundo animal? Lo invitamos a verlas en La Red Zoocial. 🐶🐱 Además, si tiene alguna historia o está interesado en contar la suya con su mascota, puede escribirnos a laredzoocial@elespectador.com

Cuando una persona está interesada en adoptar a una mascota, normalmente se toma el trabajo de conocerla un poco antes de decidir llevarla a casa, le pregunta a los voluntarios qué han aprendido al pasar tiempo con el animal y hasta se puede cuestionar si está preparado para acoger a un amiguito peludo.

Porque hay quienes luego de tomar una decisión pueden arrepentirse y como resultado se pueden romper corazones, en especial de los peludos. Tal como le sucedió a Chocolate, un gato del refugio Orange Country Animal Services, ubicado en Florida (Estados Unidos).

Desafortunadamente, sus adoptantes anteriores no estaban preparados para darle todo lo que necesitaba para su bienestar. Así que retornó por tercera vez el albergue. Al escuchar de esta triste historia, el fotógrafo del refugio, Albert Harris, decidió a ayudarlo a encontrar otro hogar, pero esta vez, uno que fuera para siempre, tomándole excelentes fotos y visibilizando su historia.

Pues, para Harris, el cariñoso gatico solo busca amor y paciencia. Ya que el felino, aunque retornó al centro de ayuda, está muy feliz por ver a su amigo y no duda en pedirle que le frote la cabeza y lo acaricie. “Cuando veo lo cariñoso que es, casi me cuesta creer que es la tercera vez que está en el refugio de animales”, expresó Aol, blog dedicado a mascotas.

A pesar de su carisma, la triste historia de Chocolate empezó cuando lo encontraron en la calle y deambulando por un edificio de apartamentos, tres años después de que el alberque le encontró un hogar por primera vez. Así que volvió a su lugar seguro y fue adoptado nuevamente. Pero, regresó solo 10 días después por ser “demasiado vocal” y maullar.

Lo más desgarrador, según cuentan los responsables del lugar, es que el gato no tiene ni idea de por qué siempre vuelve al refugio, en el que recibe todo el amor y atención, que las personas que lo han acogido no le han brindado.

Sobre la última experiencia que tuvo el felino, los voluntarios del albergue explicaron que para los gatos, los maullidos son solo una forma de comunicarse con otros gatos y sus dueños. Puede significar cualquier cosa, desde “hola” hasta “por favor, acaríciame” y “¡vete!”.

Por ende, es importante prestar atención al lenguaje corporal de un gato y al tono de su maullido para hacer una suposición fundamentada de lo que podría significar. Si Chocolate estuviera sentado al lado de alguien o incluso tocándolo mientras daba un maullido breve y dulce, estaría pidiendo atención.

Pero si estuviera maullando repetidamente mientras estaba parado frente a una puerta, es posible que quisiera salir. Estos son ejemplos, por supuesto, pero hay muchas razones detrás del maullido de un gato. Solo será esperar para que la mascota encuentre un buen hogar en el que no necesite maullar tanto.

🐾 ¿Quiere estar al día y conocer las últimas noticias sobre el mundo animal? Lo invitamos a verlas en La Red Zoocial. 🐶🐱 Además, si tiene alguna historia o está interesado en contar la suya con su mascota, puede escribirnos a laredzoocial@elespectador.com