¿De cuánto es la multa por tener una tortuga en casa?

Si una persona adquirió una tortuga sin saber que estaba cometiendo una infracción, lo más recomendable es entregarla voluntariamente a la autoridad ambiental de su región.

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Aunque para muchos tener una tortuga en casa puede parecer inofensivo e incluso una opción “fácil” de mascota, en Colombia esto puede convertirse en un problema legal. La legislación ambiental del país prohíbe la tenencia de especies silvestres sin los permisos correspondientes, y muchas de las tortugas que se comercializan de manera informal o se encuentran en hogares son precisamente animales silvestres. ¿Cuál es la sanción por tener una tortuga en casa? La respuesta depende del caso, pero puede alcanzar varios millones de pesos.

Las tortugas que suelen venderse en plazas de mercado o ser entregadas como “regalo” en algunos entornos escolares o familiares pertenecen a especies nativas como la tortuga morrocoy, la terecay o la icotea, entre otras. Estas especies hacen parte de la fauna silvestre colombiana y su extracción, tenencia y comercialización están prohibidas por la ley si no se cuenta con un permiso ambiental.

Además del daño ecológico que representa sacarlas de su hábitat, afectando sus poblaciones y los ecosistemas que integran, tenerlas en casa suele implicar un entorno inadecuado para sus necesidades. Las tortugas requieren condiciones específicas de temperatura, alimentación y espacio que rara vez se cumplen en hogares comunes. Muchas mueren por negligencia o terminan siendo abandonadas.

¿Qué dice la ley?

Según el Código Nacional de Policía y Convivencia (Ley 1801 de 2016), en su artículo 101, está prohibida la tenencia de fauna silvestre sin autorización. Esta infracción corresponde a un comportamiento contrario al cuidado e integridad del ambiente, y da lugar a una multa tipo 3, equivalente a 16 salarios mínimos diarios legales vigentes (SMDLV). Para 2025, esto equivale a más de $640.000 pesos colombianos.

Sin embargo, esa no es la única norma aplicable. La Ley 1333 de 2009, que regula las sanciones por infracciones ambientales, contempla también multas administrativas más altas, que pueden llegar hasta los 5.000 salarios mínimos mensuales legales vigentes (SMMLV), en casos de captura, tenencia o tráfico de especies de fauna silvestre. En otras palabras, si la situación se considera una infracción ambiental grave, la sanción podría superar los $6.500 millones de pesos.

Además, en los casos más severos, la Ley 2111 de 2021, que reforma el Código Penal colombiano en materia ambiental, establece que el tráfico de fauna silvestre puede ser castigado con penas de prisión de hasta 135 meses (más de 11 años) y multas penales de hasta 50.000 salarios mínimos.

¿Y si ya tengo una tortuga en casa?

Si una persona adquirió una tortuga sin saber que estaba cometiendo una infracción, lo más recomendable es entregarla voluntariamente a la autoridad ambiental de su región, como las Corporaciones Autónomas Regionales (CAR) o entidades como el Instituto de Protección y Bienestar Animal (IDPYBA) en el caso de Bogotá.

Este tipo de entrega voluntaria, conocida como entrega por parte de particulares, puede eximir de sanciones, siempre y cuando no haya reincidencia ni se compruebe que hubo tráfico o comercialización ilegal. La tortuga será valorada por expertos y, si es posible, será incluida en programas de rehabilitación y posterior liberación.

Muchas personas, especialmente en zonas urbanas, no son conscientes de que tener una tortuga puede representar una infracción legal. Esto refleja una necesidad urgente de educación ambiental. Entidades como el Ministerio de Ambiente, Parques Nacionales Naturales y las corporaciones regionales hacen campañas periódicas para desalentar la tenencia de fauna silvestre como mascota.

Además de las tortugas, otras especies comúnmente afectadas por este tipo de prácticas son loros, monos, iguanas y serpientes, todas protegidas por la normativa colombiana. Tenerlas en casa, además de ser ilegal, representa un riesgo para la salud pública, pues algunas pueden transmitir enfermedades o comportarse de forma impredecible.

Tener una tortuga como mascota en Colombia no solo va en contra del bienestar del animal, sino que puede salir muy caro. Desde multas de más de $600.000 pesos hasta sanciones penales, las consecuencias son serias. Antes de adquirir un animal, es fundamental informarse sobre su origen, sus necesidades y la normativa vigente. Y si el objetivo es tener una mascota, hay miles de perros y gatos en adopción esperando una oportunidad legal, amorosa y responsable.

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