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Durante varias semanas, Minnie, una gata de tres años con pelaje tipo tuxedo, estuvo desaparecida sin dejar rastro. A pesar de los cuidados constantes de la familia, nadie sabía dónde estaba. Su regreso inesperado quedó registrado en una cámara de seguridad y el video ha conmovido a miles de personas en TikTok.
Minnie desapareció el mismo día que su dueña, Alice Agar, se ausentó de casa. Aunque varias personas acudían tres veces al día para alimentarla, la gata no volvió a aparecer. “Es una diva total y, de algún modo, simplemente se esfumó”, contó Agar, de 22 años, en entrevista con Newsweek.
Durante la ausencia de Alice, su abuela fue quien asumió el cuidado del otro gato de la familia y, cada día, albergaba la esperanza de que Minnie regresara. Finalmente, tras semanas de incertidumbre, la gata volvió como si nada hubiera pasado.
La escena quedó registrada por una cámara del hogar. En el video, Minnie entra caminando con calma por una puerta de vidrio y lanza un sencillo “miau”, como si anunciara su regreso. La abuela, sorprendida, se da vuelta y al verla se agacha de inmediato para recibirla con una mezcla de alivio y alegría.
Agar compartió el video en TikTok (@alicinator3000) con el mensaje: “No iba a llorar hoy, pero tengo la reacción de mi abuela al ver a mi gata perdida en la cámara”. El clip rápidamente se volvió viral, acumulando miles de reproducciones y comentarios enternecidos por el reencuentro.
El caso de Minnie se suma a una larga lista de gatos desaparecidos que regresan a casa contra todo pronóstico. Sin embargo, no todos corren con la misma suerte. Según datos de Shelter Animals Count, en 2024 el 62 % de los gatos que ingresaron a refugios en EE.UU. eran animales extraviados. Aun así, las probabilidades de reencuentro son bajas: mientras unos 620.000 perros logran volver con sus familias, solo 90.000 gatos lo consiguen, según Pet Radar.
En otros casos similares, una mujer relató cómo su gata regresó tras 10 años de estar desaparecida. Otra dueña encontró a su mascota cinco semanas después, cuando escuchó un golpe en la puerta y la vio del otro lado, más delgada pero sana.
Para Alice Agar, la historia tuvo un final feliz. “Soy una gran amante de los gatos y me encanta compartirlos”, dijo. Gracias a Minnie, y a la reacción inolvidable de su abuela, hoy muchas personas recuerdan que nunca hay que perder la esperanza.
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