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Los gatos son animales de compañía que pueden llegar a acompañar a sus humanos durante mucho tiempo. Su esperanza de vida está entre los 12 y los 17 años, aunque existen ejemplares que han vivido más de 20. Tal como ocurre con los seres humanos, cuando esta edad llega, los felinos comienzan a experimentar una serie de cambios físicos y de comportamiento.
Aunque a todos los tutores de mininos les gustaría que sus peludos fueran eternos, la realidad es que el tiempo con ellos es limitado. A pesar de la inevitabilidad de su partida, el vínculo que se forma con estos seres especiales perdura y el recuerdo de su compañía permanece por siempre. Por ello, es fundamental acompañarlos con amor y paciencia en sus últimos días, brindándoles la paz y la comodidad que merecen en esa etapa final, para que su transición sea lo más serena posible.
Los tutores de felinos deben saber que durante sus últimos días de vida, los gatos suelen tener ciertas conductas. Por lo general, duermen por más tiempo, pierden el interés por la comida y el agua y buscan lugares tranquilos donde puedan permanecer en soledad.
Muchas personas creen que cuando los gatos están a punto de abandonar este mundo, comienzan a esconderse o a buscar un lugar lejos de su familia. De hecho, se han conocido historias de felinos enfermos o muy viejos que desaparecieron de su casa de un día a otro.
Sobre esto, el etólogo Desmond Morris comenta en su libro “World Cat” que estas mascotas tienen una gran ventaja sobre los humanos en lo que respecta a la muerte, pues no saben de qué trata, no tienen expectativas al respecto, ni cuestionamientos profundos sobre el más allá. Así que, por lo general, estos animales solo se sienten enfermos y vulnerables y optan por tomar distancia.
Si bien algunos peludos pueden buscar un rincón solitario, no todos muestran este comportamiento de la misma manera. Cada minino es único y puede reaccionar de diferentes formas. Algunos, en sus últimos momentos, buscan más cerca a sus seres queridos para recibir consuelo. Lo importante es que los tutores estén atentos a las señales y se aseguren de brindarles un ambiente seguro y lleno de amor.
Así viven los gatos sus últimos días
- Duermen mucho más de lo normal.
- Pierden el interés por la comida y el agua.
- Algunos se vuelven aislados y buscan lugares tranquilos y solitarios.
- Algunos se acercan más a sus dueños y se muestran más consentidos.
- Su respiración puede volverse irregular.
Recomendaciones para los tutores:
Consultar al veterinario: Es fundamental contar con el consejo profesional del médico veterinario, quien puede ofrecer orientación sobre cómo hacer más llevaderos los últimos días de vida de un gato.
Proporcionar un entorno tranquilo: Es ideal mantener un espacio tranquilo y libre de ruidos fuertes. Los gatos pueden volverse más sensibles a su entorno en esta etapa.
Atender su higiene: Ayudar a mantener la higiene de un gato anciano puede ser útil, especialmente si ya no tiene la energía para hacerlo por sí mismo. Los tutores pueden cepillarlo o limpiarlo con toallitas húmedas si lo necesita.
Ofrecer alimentos suaves y fáciles de digerir: Si el gato tiene dificultades para comer, lo mejor es ofrecerle alimentos blandos, caldos o comida enlatada. Algunos gatos pueden perder el apetito, pero intentar mantenerlo hidratado es crucial.
Acompañarlo y ofrecerle cariño: Muchos gatos buscan la compañía de sus tutores en sus últimos momentos. Brindarles cariño, hablarles suavemente o simplemente estar cerca de ellos puede ofrecerles consuelo en sus últimos días.
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