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Diez señales de que un gato no es feliz con su dueño o en su casa

Aunque los gatos parezcan independientes, también sienten tristeza, miedo y ansiedad. Cambios en su postura, sueño o apetito pueden revelar que algo no está bien y que su bienestar emocional necesita atención.

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La Red Zoocial
25 de octubre de 2025 - 04:00 p. m.
La postura, la mirada y hasta el apetito pueden revelar si un gato se siente triste o estresado.
La postura, la mirada y hasta el apetito pueden revelar si un gato se siente triste o estresado.
Foto: Unsplash
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Aunque los gatos tienen fama de ser independientes y reservados, la realidad es que son mascotas capaces de sentir emociones intensas como la tristeza, el miedo y la ansiedad. Un cambio en su postura, en la forma de dormir o incluso en el apetito puede ser una señal de que algo no está bien.

Comprender ese lenguaje silencioso es clave para cuidar su bienestar y evitar que el malestar se convierta en un problema de salud o comportamiento a largo plazo.

Según el portal especializado en mascotas Experto Animal, existen diez signos claros que pueden indicar que un gato no está feliz en su hogar o con su cuidador.

1. Cola baja o con movimientos bruscos

La cola de los felinos funciona como un termómetro emocional. Si un gato la mantiene baja, muy posiblemente es por tristeza o inseguridad. Si la mueve rápido de un lado a otro, puede ser porque está nervioso o tenso. No se trata de juego, sino de una señal de alerta. De acuerdo con los especialistas de Experto Animal, estos movimientos reflejan incomodidad o estrés, como cuando una persona golpea la mesa con impaciencia.

2. Postura encorvada y pelo erizado

Cuando un gato arquea la espalda y eriza el pelo, no solo demuestra miedo, también puede estar sintiendo tensión o amenaza. Esta postura es una manera de parecer más grande y advertir que necesita espacio, así como una señal clara de que no se siente seguro ni tranquilo.

3. Dormir con las patas delanteras escondidas

Aunque parezca una posición cómoda, dormir con las patas delanteras dobladas debajo del cuerpo es un mecanismo de defensa. Le permite al gato reaccionar rápidamente si algo lo asusta. Si un felino descansa así con frecuencia, puede ser que no se sienta completamente relajado en su entorno.

4. Parpadeo constante u ojos semicerrados

Los ojos son espejos del bienestar de los gatos. Si un felino parpadea sin parar o mantiene los ojos casi cerrados, no siempre es sueño, también puede ser dolor físico o estrés. Su cuerpo intenta protegerse y ese gesto es una señal silenciosa de malestar.

5. Gruñidos, gemidos o alaridos

Los sonidos cortos y guturales que producen los gatos no son parte del juego. Son expresiones de incomodidad, ansiedad o incluso dolor. Según Experto Animal, estos ruidos significan que “algo no está bien”. Escuchar y reconocerlos a tiempo es fundamental para su bienestar.

6. Ronroneo inusual

El ronroneo no siempre es sinónimo de felicidad. Si un gato ronronea solo cuando su cuidador se le acerca, pero evita el contacto físico, puede estar buscando consuelo, no afecto. En estos casos, el sonido es una forma de calmar su ansiedad.

7. Falta de interés en el juego

Un gato feliz está constantemente explorando, corriendo y jugando. Si de repente deja de hacerlo, puede ser señal de aburrimiento, estrés o malestar físico. La falta de ganas de jugar es su forma de decir “no me siento bien”.

8. Evita el contacto o se esconde

Si un gato empieza a esconderse, a alejarse de sus tutores o de otros animales, no debe ser tomado como un capricho. El aislamiento es una de las señales más claras de tristeza o ansiedad. Puede sentirse amenazado o emocionalmente agotado.

9. Cambios en el aseo

Un gato que deja de acicalarse o, por el contrario, lo hace en exceso, está enviando una señal de alarma. El acicalamiento es un reflejo de bienestar: su ausencia o exceso indica estrés, ansiedad o incluso depresión.

10. Variaciones en el apetito

Comer más de lo habitual o perder el interés por la comida son signos de desequilibrio emocional o físico. Para los gatos, la alimentación está estrechamente ligada a su bienestar: un cambio repentino puede ser una advertencia de que algo anda mal.

Si nota alguno de estos comportamientos, Experto Animal recomienda observar al gato con atención y acudir a un médico veterinario. Los felinos pueden ocultar su tristeza, pero su cuerpo y su conducta siempre revelan lo que sienten.

Con paciencia, cariño y un entorno tranquilo, es posible ayudar a que un gato recupere la confianza y vuelva a sentirse feliz.

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