Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Para los dueños de un gato, puede resultar desconcertante observar cómo los bigotes de su felino evolucionan en tonalidad a lo largo del tiempo. Este fenómeno tiene explicaciones sólidas, todas vinculadas a procesos biológicos naturales, sin relación con supersticiones o invención.
Uno de los motivos más comunes por los que los bigotes cambian de color es el envejecimiento. Al avanzar en edad, los gatos experimentan una disminución en la actividad de las células productoras de pigmento (melanocitos), lo que provoca que los bigotes blancos o claros se vuelvan grises, negros o más oscuros. Este cambio es completamente natural y no afecta las funciones sensoriales del animal.
La genética también juega un papel determinante. Algunos gatos nacen con bigotes negros debido a genes asociados a la pigmentación oscura, incluso si su pelaje es claro. Un gato puede presentar variaciones en sus bigotes por mutaciones o combinaciones genéticas que afectan únicamente a esos folículos pilosos. Asimismo, algunas razas como Siamese o Bombay manifiestan bigotes oscuros por predisposición hereditaria.
Factores ambientales y nutricionales
Aunque en menor medida, exposición a contaminantes ambientales o sustancias químicas puede oscurecer los bigotes. Igualmente, deficiencias nutricionales específicas pueden alterar la pigmentación de los pelos, incluyendo los bigotes.
En casos excepcionales, ciertos trastornos médicos u hormonales pueden provocar pigmentación anómala en los bigotes. Por ejemplo, enfermedades como hiperpigmentación, desequilibrios hormonales o, en situaciones muy raras, tumores melanocíticos podrían alterar el color de los folículos capilares. Sin embargo, estos casos suelen venir acompañados de otros síntomas clínicos, como pérdida de apetito, letargia o lesiones cutáneas.
Muchos cuidadores de gatos comentan que, al observar a sus mascotas con el paso de los años, el bigote cambia de color gradualmente. Por ejemplo, hay quienes notan que gatos negros desarrollan bigotes blancos con la vejez, o que aparecen bigotes de diferentes colores en un mismo ejemplar. Esto coincide con la experiencia común de que, al decrecer el pigmento, las estructuras capilares se tornan más claras o, en ocasiones, más oscuras según genética y edad.
¿Debe usted preocuparse?
En general, estos cambios de color en los bigotes no representan motivo de alarma si su gato se mantiene saludable, con buen apetito, actividad normal y sin señales de enfermedad. Simplemente, implican envejecimiento, genética o una adaptación natural de los folículos pilosos.
Se recomienda consultar a un veterinario únicamente si los cambios en los bigotes se acompañan de otros síntomas: pérdida de peso, apatía, cambios en la piel o en su comportamiento. En ese caso, conviene descartar afecciones hormonales, infecciosas o nutricionales.
Si usted observa que los bigotes de su gato cambian de color, lo más probable es que se trate de un proceso natural vinculado al envejecimiento o la genética heredada. En menor medida, factores ambientales o situaciones de salud pueden influir, pero son menos frecuentes. Siempre que el gato goce de buena salud y no muestre signos clínicos preocupantes, no hay motivo de alarma.
Este cambio estético no interfiere con la función sensorial de los bigotes, y tampoco afecta la relación con su felino. Puede continuar proporcionándole una dieta equilibrada, un ambiente tranquilo y visitas regulares al veterinario para asegurar su bienestar general.
🐾 ¿Quiere estar al día y conocer las últimas noticias sobre el mundo animal? Lo invitamos a verlas en La Red Zoocial. 🐶🐱