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Es natural que los felinos se laman, pero a veces este comportamiento puede cruzar una línea hacia lo obsesivo. Si los propietarios notan que los felinos se están acicalando con demasiada frecuencia o durante períodos prolongados, es esencial no ignorar la situación.
El Centro de Salud Felina de la Universidad de Cornell informa que los gatos suelen pasar entre el 30 y el 35 por ciento de su día acicalándose. “Dado que los gatos se acicalan con frecuencia, los propietarios generalmente no notan un problema hasta que observan una pérdida significativa de pelo o lesiones en la piel”, explica Pamela Perry, médica veterinaria y consultora del Centro de Salud Felina de Cornell, para la página web de la entidad.
Los gatos pueden lamerse en alguna zona de su cuerpo cuando les pica o duele. De hecho, si comienza a dolerles una parte de su cuerpo, el lamido se enfocará en esta zona también. Por ejemplo, el lamido compulsivo en la base de la cola puede indicar una infestación de pulgas, mientras que los gatos con alergias al polen o alimentos pueden lamerse la espalda, el abdomen u otras áreas del cuerpo.
Cabe resaltar que el lamido que causa una cantidad excesiva de bolas de pelo o pérdida de pelo es anormal. La piel sin pelo es más vulnerable a quemaduras solares, entre otros problemas. No obstante, si el lamido no daña la superficie de la piel, no habrá infección. Esta situación puede intensificar aún más el acicalamiento, estableciendo así un ciclo vicioso que resultará en una infección grave.
La solución para este tipo de conductas es identificar la causa subyacente y corregirla. Por ello, los dueños deben revisar si está la presencia de pulgas, piojos y enredos en el pelo, pero más allá de esto, se debe intervenir a través de un veterinario.
Sin embargo, el lamido “excesivo” no siempre proviene de un problema de salud física, pues ocasionalmente puede tener una causa psicológica. A los felinos les gusta la consistencia y la previsibilidad, y los cambios pueden ser estresante, según el Centro de Salud Felina de la Universidad de Cornell. Un cambio reciente, la adición o pérdida de otra mascota en el hogar, o incluso un cambio en el horario pueden causar ansiedad en los felinos.
El lamido, considerado en estos casos como un “comportamiento de desplazamiento”, puede calmar y reconfortar a un gato, pero a veces puede volverse habitual si no se identifica ni se aborda adecuadamente la fuente del problema.
En últimas, el Centro de Salud Felina de la Universidad de Cornell asegura que, cuando se han descartado todos los problemas médicos, el lamido excesivo normalmente es resultado del estrés en la vida de un gato. Este es el motivo por el cual es recomendable hacer cambios o introducciones de manera gradual, para llevar elementos familiares (como la cama) a un nuevo hogar, agregar espacio vertical amigable para gatos, como lugares altos donde puedan retirarse y sentirse seguros; y mantener su entorno estimulante, por ejemplo, dedicando unos minutos al día (diez a quince minutos son suficientes) para jugar con ellos.
Si un felino está demasiado estresado, puede ser necesario recurrir a una forma temporal de terapia con medicamentos antiestrés recetados por un veterinario. Ya sea que la causa sea fisiológica o psicológica, resolver un problema de lamido excesivo requerirá tiempo y paciencia por parte del propietario.
