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David Rendón Lancheros es un médico veterinario con maestría en medicina de pequeños animales y director médico de la clínica Cat Medical Care en Bogotá, enfocada en felinos. Él recuerda el caso de Pepe, un gato que tenía una perrita como “hermana”. Lamentablemente, la perrita desarrolló cáncer y tuvo que irse al hospital, momento en que Pepe dejó de comer.
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“La perrita estuvo 15 días en el veterinario. Los médicos recomendaron que los dueños llevaran a Pepe a la clínica veterinaria, para visitar a su hermanita. Esta fue una despedida, se vieron por última vez”, recuerda David Rendón.
El veterinario ha atendido a múltiples gatos que dejaron de comer por enfermedades que desarrollaron en su cuerpo. Él asegura que esto es un signo de alerta y no debe dejarse pasar. “Un gato deja de comer por muchas razones, pueden ser por motivos de enfermedad o comportamentales. Algunos felinos se incomodan porque llega una persona nueva a la casa, se realiza una mudanza, se cambia algo que no le gustó, entre otros elementos”, recuerda el médico veterinario.
Varios felinos también dejan de comer por enfermedades dentales, que producen dolor en su boca. Ellos tienen salivación profusa todo el tiempo, no se acicalan y su boca les huele mal. Algunos propietarios creen que esto es común en los gatos por el envejecimiento y se dan cuenta del problema demasiado tarde.
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“Cuando los gatos tienen problemas respiratorios, especialmente en la nariz y en la faringe y laringe, no percibe los olores del alimento, por lo que no son capaces de sentir el gusto por el alimento y, por ello, dejan de comer”, explica David Rendón.
Otro posible motivo ocurre cuando existe un cambio en la dieta, pues los felinos son reacios a lo desconocido. Si el propietario decide cambiar la alimentación con una marca diferente, él puede disminuir el consumo.
“Esto también puede ocurrir por consecuencia de tratamientos vía oral, que les causan molestias o efectos secundarios, como molestia en el esófago, lo que hace que el gato deja de comer por dolor. También, la gastritis, enteritis y la pancreatitis pueden causar esto. El dolor en la cadera o articulaciones también quitan el apetito”, reconoce el médico.
Un cambio en el hogar, la falta de una persona que siempre estaba con ellos o un cambio en la rutina puede afectar la salud mental de los animales, hasta el punto en que dejan de comer.
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“El tutor siempre conoce más a su gato que nosotros mismos, los veterinarios. Probablemente, el gato le dé signos y le muestre las razones por las cuales ha dejado de comer. Por ejemplo, si el felino dejó de subirse a la cama y de ser tan activo, esto puede conllevar un diagnóstico de patologías que producen dolor”, reconoce el médico veterinario.
La primera opción cuando un animal deja de comer es ofrecerle otro tipo de alimentación que le guste más. Si sigue sin comer, se debe revisar la boca, para ver si existe una enfermedad o incomodidad. Se debe llevar al animal al veterinario, para evitar el autodiagnóstico.
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