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¿Qué sienten los gatos cuando los peinan?

Aunque cepillar a un gato parece una tarea rutinaria, para ellos puede ser una experiencia profundamente sensorial que despierta instintos, emociones y bienestar físico.

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La Red Zoocial
10 de agosto de 2025 - 12:00 p. m.
El cepillado no es solo una cuestión estética o de limpieza, es también un acto de cuidado.
El cepillado no es solo una cuestión estética o de limpieza, es también un acto de cuidado.
Foto: Freepik
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Para muchos tutores, cepillar a su gato es una simple tarea de higiene. Sin embargo, para los felinos, ese momento puede convertirse en una experiencia sensorial cargada de emociones, instintos y hasta bienestar físico. Aunque cada animal es distinto, y algunos toleran el cepillado mejor que otros, la mayoría puede llegar a disfrutarlo profundamente si se realiza de manera adecuada.

Según especialistas en comportamiento animal de Purina España, el cepillado no solo cumple la función de mantener el pelaje limpio y libre de enredos, sino que también activa la circulación sanguínea y estimula la producción de aceites naturales esenciales para la salud de la piel y el pelo del gato. Este proceso, que emula el acicalamiento social entre gatos, donde se lamen y se limpian mutuamente como muestra de afecto, puede reforzar el vínculo entre humano y felino, aportando seguridad, confianza y relajación.

Fisiológicamente, los movimientos repetitivos del cepillo sobre su cuerpo pueden provocar una respuesta de placer similar al masaje. Para muchos gatos, esto es tan reconfortante que incluso ronronean, se acurrucan o cierran los ojos, signos de satisfacción. Además, eliminar el pelo muerto reduce la formación de bolas de pelo en el sistema digestivo, un problema común que puede derivar en vómitos o estreñimiento si no se previene a tiempo.

Eso sí, los expertos concuerdan en que el disfrute depende de varios factores: el tipo de cepillo, la presión, la zona del cuerpo y, sobre todo, la disposición del gato. Por eso, aconsejan comenzar con sesiones cortas, en zonas donde el gato se sienta cómodo (como la espalda o la cabeza), y evitar áreas sensibles como el vientre o la cola, a menos que el animal lo permita.

El cepillado no es solo una cuestión estética o de limpieza. Es también un acto de cuidado que, si se hace con respeto y paciencia, se transforma en un momento de conexión emocional y bienestar para los gatos.

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