(Video) Las mascotas también contaminan el medioambiente

Considero que es injusto y desacertado referir este problema bajo el término mascotas. Sería como achacarle genéricamente violencia y corrupción al deporte por cuenta del fútbol. Al pan, pan y al vino, vino: el gran impacto ambiental de las heces es debido al PERRERISMO. Y a eso hay que sumarle los miles de millones de bolsas plásticas que consumen por día los decentes que las recogen.

Y si bien es cierto que todas las mascotas generan residuos y demandan recursos que pueden ser fuente de contaminación, por volumen individual por especie y número total de individuos en el planeta, los perros son las mascotas más contaminantes, seguida, de lejos, por los gatos. Meter en el mismo costal de contaminación por perros a hámsters, conejos, peces o minipigs, entre otras mascotas, no es acertado ni razonable.

Para el perro hay numerosos estudios que no solo evidencian su significativo aporte al cambio climático y múltiples daños ambientales (suelos, aguas, árboles, entre otros), sino que se trata de una especie invasora que afecta directamente a especies de la fauna silvestre, tanto por los perros abandonados (un subproducto nada despreciable de la afición por los perros), como por los que tienen propietario debido al incumplimiento de la norma que obliga a pasearlos con correa.

Al no sujetarlo, se pierde el control sobre el animal tal que en bosques urbanos ataca y ahuyenta a la fauna silvestre. Por eso la presencia de perros en parques nacionales y áreas de conservación en muchos lugares del mundo está prohibida, aun con correa pues su presencia es para la fauna silvestre la figura de un lobo. Amén de que marca territorio con sus heces y orina.

La magnitud de la población perruna y su dominancia en muchos países, Colombia entre ellos, hace necesario diferenciar y particularizar a esta intocable devoción que va en contravía de los propósitos de atenuar el cambio climático y morigerar los daños ambientales. Asimismo, es hora de que se prohíba el uso del espacio público y/o común como letrina de perros. Es un animal educable para que haga las deposiciones en el hogar y se dispongan adecuadamente. ¡Quien quiere su perro, quiere su caca!