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Las razones por las que un gato marca territorio

Los gatos domésticos no están demasiado alejados de sus raíces salvajes y sus instintos. Estos animales sienten una necesidad por marcar su territorio dejando su olor, aunque la mayoría de las marcas territoriales las desarrollan frotándose o rascándose de manera inocente.

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24 de mayo de 2024 - 04:30 p. m.
Marcar territorio con orina es la forma en que un gato puede lidiar con el estrés. Se sienten ansiosos y buscan aliviar su malestar delimitando sus fronteras.
Marcar territorio con orina es la forma en que un gato puede lidiar con el estrés. Se sienten ansiosos y buscan aliviar su malestar delimitando sus fronteras.
Foto: Pixabay

El olor es la principal forma que tienen los gatos para comunicarse. Por ejemplo, cuando un felino regresa del veterinario, los otros gatos del hogar pueden tratarlo como a un extraño al principio, basándose en su olor. Por ello, necesitarán olfatearlo bien antes de que vuelva a ser parte de la familia.

El sitio web oficial del Condado de Orange explica que, dado que los gatos no pueden estar en dos lugares a la vez para vigilar su territorio, tienen muchas formas para dejar su “tarjeta de presentación” basada en el olor.

De hecho, los gatos tienen glándulas de olor en sus mejillas, patas y la barbilla. Cuando se frotan contra un objeto, como una puerta o una persona, dejan su olor personal en dicho espacio. Esto deja un mensaje para otros gatos de que han estado allí y han reclamado este lugar. Frotarse contra su dueño es una forma de marcarlo, para darle a entender a otros gatos que se mantengan alejados.

En un hogar con varios felinos, estos frotamientos ayudan a establecer territorios (al menos temporalmente) y a crear lazos entre los gatos. Cuando dos felinos de la casa se encuentran, se olfatean y uno empieza a frotarse e incluso acicalar al otro. Esto puede ayudar a aliviar la tensión entre ellos.

Otra estrategia de marcado utilizada por los gatos es el marcar rascando: cuando un gato rasca algo, está haciendo más que afilar sus garras, por lo que también está dejando su olor. Los gatos tienen glándulas de olor en las almohadillas de sus patas y el rascar es otra forma en que marcan territorio. Por ello, es necesario no castigar al felino si comienza a rascar los muebles, sino que se le debe enseñar a dejar su olor en otros espacios, como en sus juguetes.

Otra estrategia de marcado es a través de la orina, que tiene dos formas de manifestarse: 1) rociar orina en superficies verticales y 2) orinar en superficies horizontales.

El sitio web oficial del Condado de Orange asegura que existen diversas razones por las cuales un gato podría estar marcando con orina. En primer lugar, está la introducción de nuevas mascotas al hogar, permitiendo así que los gatos residentes los conozcan gradualmente. Por ello, es recomendable evitar que los gatos compartan su caja de arena con un nuevo integrante de la casa.

Otro motivo mencionado por el portal son los problemas médicos. Especialmente en gatos machos, una infección del tracto urinario (o, en casos más graves, una obstrucción) podría ser la responsable si un gato de repente deje de utilizar la bandeja sanitaria o pase una cantidad significativa de tiempo intentando orinar y lamiendo sus genitales. Algunos gatos incluso pueden orinar y maullar directamente frente a él, o intentar hacerlo en la bañera o el fregadero como señal de malestar.

Del mismo modo, este marcaje es común como un comportamiento de apareamiento, pues el impulso de rociar con orina es extremadamente fuerte en los gatos que no han sido esterilizados o castrados, por lo que la solución más sencilla es ocuparse de este procedimiento antes de que el felino alcance los cinco meses de edad, incluso antes de que se manifieste el problema. En el caso de haber adoptado un gato adulto sin esterilizar, es prioritario llevar a cabo este proceso tan pronto como sea posible. La esterilización resuelve la mayoría de los problemas de marcaje, incluso en gatos que han adoptado este comportamiento durante un período prolongado.

Por último, está el estrés. Los gatos son animales de costumbres y muchos de ellos reaccionan de manera adversa ante los más mínimos cambios en su entorno. Esto podría incluir desde la llegada de una nueva mascota o bebé al hogar, hasta la ausencia de un cuidador, la presencia de un gato desconocido en el patio trasero y otros factores ambientales que pueden pasar desapercibidos o no ser completamente comprendidos por los humanos.

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