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Huele a sopa, carne y arroz. La familia está sentada en el comedor y justo antes de que el cuidador se meta la primera cucharada a la boca, el perro empieza a llorar, pone su cabeza en su muslo y mira cada ingrediente del plato deseando profundamente que algo caiga al suelo, para poder probarlo.
Para muchos esto puede resultar gracioso y tierno, cuando ocurre de vez en cuando. Pero, si pasa al desayuno, almuerzo y cena puede ser un mal hábito que empieza a incomodar. Además, de que puede afectar al canino, porque recuerde que lo que comemos los humanos, en determinados casos, es perjudicial para la salud de los peludos.
✋ Sin embargo, no se resigne, nunca es tarde para corregir este tipo de situaciones. A continuación encontrará soluciones efectivas que pueden ayudar a eliminar esta costumbre, de acuerdo con Lobo Azul, expertos en alimentación para caninos y su bienestar.
Ignorar al canino mientras come
Si el perrito pide comida insistentemente, usted acata su petición y termina dándole un poco de alimento, sea por pesar o para que esté tranquilo, de una u otra manera está permitiendo que se convierta en una mala costumbre.
🚫 Así que, por más difícil que sea negarse a los tiernos ojos de su canino, será obligatorio hacer como si él no estuviera ahí. Al darse cuenta de que no recibe la atención que necesita, el peludo se retirará y no insistirá más en ello, aunque las primeras veces puede ser una ardua tarea.
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Establecer un orden de comidas
Aliméntelo antes de que se siente con su familia a comer, incluso, si logra que la mascota coma al tiempo que usted lo hace, tendrá la mitad de la batalla ganada. De este modo, el canino estará ocupado, satisfecho y el olor de la comida no le parecerá tan atractivo, por lo que no se acercará a la mesa.
Retírelo del comedor
Con tranquilidad, pero con firmeza puede alejar al animal de la mesa y retirarlo de la zona en la que estén comiendo. Esto le indicará que no debe estar allí.
👀 Ojo, esto no implica que se deba acudir a los malos tratos y los gritos. Un NO con firmeza le dejará claro que lo que hace está mal.
Muéstrele su comida
👈 Señalar su plato de concentrado cada vez que insista en comer alimento humano, puede ser otro recurso. Con el tiempo, esto terminará de convencerlo de estar cerca a su comida y no de la que consumen sus humanos.
Perseverar en las lecciones
Cuesta, lo sabemos, pero debe permanecer firme y perseverante en indicarle que no puede estar en el comedor y que su opinión (de no pasarle pedazos de carne, verdura o arroz) no cambiará.
Si solo por un día cede a los deseos del canino, habrá retrocedido en su adiestramiento y el perro volverá a creer que no es un mal hábito.
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Realizar consenso familiar
No puede ocurrir que solo los papás opten por negarle la comida al canino, mientras que los hijos le pasan por debajo uno que otro pedazo de alimento. Es necesario que los comensales se alineen y determinen que nadie la dará de su comida.
🙅♀️ De lo contrario, el hábito no cambiará.
Premiarle cuando obedezca
👓 Enseñar al perro a no pedir comida en la mesa es un proceso educativo como cualquier otro en el que le enseña órdenes y trucos. Por esta razón, debe llevarse a cabo de forma progresiva, paciente y sobre todo constante, recordando el uso del refuerzo positivo.
Si le dice ¡No! Y el perro deja de insistir, reconozca su obediencia con un premio, esto funcionará de tal manera que un tiempo después el can no se acercará más a la mesa y no será necesario una golosina como recompensa, sino que formará parte de sus buenos hábitos.
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