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Kala estaba sola, temblando, sin entender por qué la habían dejado atrás. El pasado 9 de julio fue vista deambulando por un conjunto residencial del El Tunal, en Bogotá. Estaba desorientada y no respondía a los llamados de quienes intentaban ayudarla.
Algunos vecinos se conmovieron con su situación, pero el conjunto no era un espacio seguro para una perrita en ese estado. Había presión para que la retiraran. No se sabía si había escapado o si, como se sospecha, la habían abandonado a propósito en ese lugar.
Fue entonces cuando la fundación Choca la Pata recibió la alerta. En cuestión de horas, un equipo acudió al sitio, la rescató y la trasladó a un centro veterinario. Allí confirmaron lo que sus ojos tristes ya decían: Kala no solo estaba desorientada por su sordera, también estaba profundamente afectada emocionalmente.
Al inicio, en la fundación, se notaba confundida, temerosa, como si no terminara de entender que ya estaba a salvo. Pero con paciencia, cariño y la rutina tranquila que le ofrecieron en la fundación, todo comenzó a cambiar y Kala recobró su vitalidad.
Aunque ya es una perrita mayor, Kala es noble, dulce y tranquila. Tiene un temperamento sereno, se deja consentir con gusto, y ha comenzado a confiar de nuevo en los humanos. En la fundación fue esterilizada, vacunada, desparasitada y hoy está lista para encontrar una familia.
Si quiere apadrinarla o ser ese hogar definitivo para ella, puede comunicarse con la fundación Choca la Pata. Adoptarla es darle una vejez digna, tranquila y llena de cariño.
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