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Cada 21 de julio se celebra el Día Mundial del Perro, una fecha que busca visibilizar la difícil situación que enfrentan millones de perros en condición de calle y fomentar la adopción, la tenencia responsable y la empatía hacia una de las especies más cercanas al ser humano.
La fecha, instaurada en 2004, cobra especial relevancia en un contexto preocupante: según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, el 70 % de los perros en el mundo no tienen un hogar. Esto significa que, de los aproximadamente 300 millones de perros que existen en el planeta, más de 200 millones viven sin cuidados, expuestos al hambre, enfermedades y abandono.
En Colombia, la situación no es ajena. Se calcula que alrededor de tres millones de perros y gatos sobreviven en condiciones precarias en las calles de ciudades y municipios del país. Muchos son víctimas del maltrato, el abandono o la indiferencia. A esto se suma la sobrepoblación causada por la falta de esterilización, lo que agrava año tras año el problema.
Frente a esta realidad, el Día Mundial del Perro no solo invita a celebrar el amor por estos animales, sino también a actuar con responsabilidad. Expertos y organizaciones coinciden en que hay tres acciones clave que cualquier persona puede implementar para mitigar la problemática:
- Adoptar en lugar de comprar: cada perro adoptado representa una vida transformada. Las fundaciones legalmente constituidas ofrecen procesos seguros, animales esterilizados y controles veterinarios adecuados.
- Apoyar campañas de esterilización: la esterilización es fundamental para reducir la sobrepoblación y evitar camadas no deseadas. Muchos municipios realizan jornadas gratuitas o de bajo costo en alianza con organizaciones sin ánimo de lucro.
- Donar alimentos o insumos médicos: las fundaciones y rescatistas que trabajan en zonas urbanas y rurales suelen sostenerse con donaciones. Un pequeño aporte puede marcar la diferencia en la vida de un perro que lucha por sobrevivir.
Además, cada vez más comunidades, empresas y ciudadanos se suman a jornadas de salud, rescate y adopción organizadas en espacios pet-friendly o eventos barriales. Estas actividades no solo visibilizan a los perros que esperan un hogar, sino que también promueven una cultura de respeto y responsabilidad hacia los animales.
Historias como la de Luna, una perrita que vivía en un centro penitenciario y que recientemente recibió atención médica, alimento y la oportunidad de ser adoptada, muestran cómo incluso los gestos más simples pueden transformar vidas. Casos como el suyo son un recordatorio de que, más allá de las cifras, cada perro tiene una historia, un carácter único y el deseo de pertenecer a una familia.
El Día Mundial del Perro también es una oportunidad para reflexionar sobre el crecimiento del mercado de mascotas en Colombia. Según datos de Euromonitor International, el consumo de productos y servicios para animales de compañía aumentó un 23 % en 2022, alcanzando los 1,2 billones de pesos, y se estima que en 2025 llegue a los 4,9 billones. De acuerdo con un estudio de Kantar, más del 50 % de los hogares colombianos ya cuentan con al menos una mascota.
Este crecimiento económico representa tanto una oportunidad como una responsabilidad. Tener un perro implica mucho más que brindar techo y alimento: es garantizar atención veterinaria, ejercicio, socialización, afecto y compromiso a largo plazo.
Hoy, en el Día Mundial del Perro, la invitación es clara: celebrar no solo a quienes ya hacen parte de nuestras vidas, sino también a quienes aún esperan. Ayudar está al alcance de todos. Y cada gesto, por pequeño que parezca, cuenta.
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