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Cuando Brittany Cartie y Tyler Fedoris se conocieron en 2012, no imaginaban que su primer gran compromiso juntos sería la adopción de un cachorro. Apenas tenían 18 y 19 años cuando decidieron llevar a casa a Gulliver, un dachshund miniatura de solo nueve semanas. Más de una década después, Gulliver se convirtió, sin planearlo, en el invitado más especial de su boda.
La ceremonia, celebrada el 11 de agosto de 2024 en el jardín de su casa en Nueva York, fue íntima: asistieron únicamente el oficiante, el fotógrafo, el hermano de la novia y sus tres perros. Cartie y Fedoris, hoy de 32 y 33 años, habían decidido casarse en casa precisamente para que sus animales pudieran estar presentes. Pero ninguno de los dos esperaba que Gulliver hiciera algo tan simbólico.
Cuando comenzó la ceremonia, los tres perros recibieron con alegría a la pareja. Los más jóvenes, Phineas y Franklin, se alejaron a explorar el jardín. Gulliver, en cambio, se sentó entre los novios y los miró con una expresión de paz y orgullo.
“Nunca imaginamos que tomaría un lugar tan simbólico”, dijo Cartie. “Sentimos que nos miraba como si estuviera orgulloso de nosotros. Fue imposible no llorar”.
Durante los votos, Gulliver incluso se posicionó de frente para observar cómo se sellaba la unión con un beso. El momento fue tan especial que, según Cartie, sintieron que él estaba confirmando que eran una familia desde mucho antes de formalizarlo.
Después de la ceremonia, Gulliver permaneció junto a sus dueños durante la pequeña recepción. Y aunque parecía un día más entre muchos, ese momento marcaría un punto de quiebre. Meses después, Cartie publicó en TikTok un fragmento de la boda y reveló que fue “su último buen día”. La salud de Gulliver se deterioró poco después, hasta que falleció la semana pasada, con 13 años y medio.
“Fue el día más difícil de nuestras vidas”, confesó. “Gulliver tenía una manera única de hacernos sentir seguros y amados. Estaba muy conectado con nuestras emociones. Mi hermana dice que fue fuerte durante tanto tiempo porque no quería dejarnos. Cuando se fue, le agradecimos por todo el amor y le dijimos que podía descansar”.
La historia de Gulliver y la pareja comenzó como un accidente feliz. Durante unas vacaciones de Tyler en su entrenamiento militar y mientras Brittany se preparaba para volver a clases, pasaron por una tienda de mascotas “solo para ver cachorros”. Pero en cuanto vieron a Gulliver, sintieron que estaban destinados a tenerlo, pese a que no era el mejor momento para adoptar.
“Estaba acurrucado detrás de otros cachorros, tratando de dormir”, recordó Cartie. “Fue el único que no pudimos ver bien. Cuando levantó la cabeza, nos miró directo a los ojos. Fue como volver a casa”.
Desde entonces, el vínculo fue inmediato. Tyler volvió a su base, y Brittany adoptó al cachorro por impulso del corazón. Como solo se comunicaban por cartas, le envió una foto de Gulliver con su collar de papel. La respuesta de Tyler fue escrita en mayúsculas: “¿¡LO ADOPTASTE!? ¡¿DE VERDAD?! ¡BIENVENIDO A LA FAMILIA, GULLIVER!”.
El perro estuvo presente en todos los hitos importantes de la relación: cuando se enamoraron, cuando se graduaron, cuando adoptaron más mascotas, compraron una casa y, finalmente, se casaron. “Fue el pegamento de nuestra historia”, dijo Cartie. “Todo lo que somos lo construimos con él a nuestro lado”.
Gulliver no era un perro común. No le interesaban los juegos ruidosos ni perseguir ardillas. Solo quería estar cerca de sus humanos. “Lo que más amaba era que lo abrazáramos”, contó Cartie. “Nos seguía por toda la casa. Tenía una mirada que te hacía sentir que te conocía de otra vida”.
Hoy, el jardín donde se casaron se ha convertido también en un lugar de homenaje. La pareja plantó una hortensia en honor a Gulliver. “Cuando florece en junio, recordamos sus últimos días. Cuando cambia a rosa en agosto, recordamos nuestra boda. Y cuando se marchita, celebramos su cumpleaños en octubre”, explicó Cartie.
Aunque la pérdida aún duele, el recuerdo de su boda junto a Gulliver les da consuelo. “Nos dio el mejor regalo de bodas y una vida entera de amor para recordar”, concluyó.
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