Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.

Entre el lujo y el abandono: qué dice la compra de mascotas sobre la clase social

La compra de un animal de compañía no responde únicamente a un vínculo afectivo, sino que también puede convertirse en un acto cargado de poder y vanidad. Lo que inicia como un deseo de pertenencia muchas veces se transforma en un lujo superficial que oculta una realidad alarmante: el creciente abandono de estos seres que merecen cuidado y compromiso.

Mariana Álvarez Barrero

26 de abril de 2025 - 12:00 p. m.
bulldog francés
Foto: Cortesía Lean Bullz - Cortesía Lean Bullz
PUBLICIDAD

En la sociedad actual, las mascotas han adquirido un lugar destacado dentro de los núcleos familiares. Lejos de ser simples animales de compañía, hoy en día se les considera parte activa de la vida cotidiana, con espacio en celebraciones, rutinas y redes sociales. Este vínculo ha generado una creciente demanda de peludos, tanto a través de la adopción como mediante la compra en criaderos especializados, y ha dado lugar a nuevas dinámicas sociales donde la elección de una mascota puede reflejar factores tan diversos como el estilo de vida, los valores personales o el nivel socioeconómico.

Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO

¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar

La compra de animales de raza, en particular, se ha asociado con prácticas de consumo aspiracional y símbolos de estatus y poder. El auge de las redes sociales ha intensificado esta percepción, al convertir a ciertas razas en objetos de deseo que otorgan prestigio, fama y validación en entornos digitales.

En Estados Unidos, el perro más popular registrado por el American Kennel Club en 2024 fue el bulldog francés, superando al labrador retriever por primera vez en décadas. Estas razas se han posicionado en ciertos círculos sociales no solo por su aspecto físico o temperamento, sino también por lo que representan culturalmente y por su visibilidad en plataformas como Instagram o TikTok, donde son vistas como objetos de consumo.

En Colombia, el costo anual de mantener un perro de raza puede superar el salario mínimo mensual, lo que ubica a esta práctica lejos del alcance de muchas familias, incluso de aquellas con buenas intenciones de brindarle un buen cuidado a un animal. Se estima que este gasto puede oscilar entre $1.500.000 y $5.000.000 mensuales, dependiendo de factores como la raza, la alimentación, las visitas veterinarias y otros cuidados específicos.

Además, los precios de los cachorros en criaderos especializados varían considerablemente, desde aproximadamente $1.200.000 hasta más de $12.000.000. Esta exposición ha cambiado las dinámicas tradicionales de tenencia, promoviendo una visión más estética y superficial del cuidado animal.

Read more!

Juan Sebastián Gutiérrez, presidente del Club de Mastín Napolitano en Colombia, ha dedicado años a la cría, cuidado y promoción de esta raza, con la que afirma haber establecido un “vínculo especial”. Es relevante destacar que el objetivo principal del club es fomentar la comunidad entre los amantes de estos ejemplares, compartir conocimientos sobre la raza y promover su bienestar, sin dedicarse a la venta.

Gutiérrez los describe como “esculturas vivas”, y valora en ellos su estructura física, comportamiento y tradición. Participar en exposiciones caninas y competencias en Colombia con estos animales puede implicar costos elevados, que van desde los $80.000 a $200.000 por evento.

El experto asegura que sus perros han sido adquiridos tanto por personas con alto poder adquisitivo como por individuos de clase media, y que en todos los casos ha sido evidente el afecto y el compromiso hacia el animal.

También reconoce que, si bien la adquisición de estos canes puede tener un componente económico alto, para muchos criadores y propietarios no se trata de un negocio, sino de una pasión por la raza, su preservación y su función histórica.

Read more!

A los perros de raza también los abandonan

Sandra Ubaque, fundadora del Club de Bernés de la Montaña Colombia, ha trabajado para visibilizar una realidad poco conocida: los perros de raza también son abandonados. Desde su organización, sin ánimo de lucro, ha rescatado animales con pedigrí que han sido descuidados o dejados a su suerte, a pesar de provenir de entornos con recursos económicos altos.

No ad for you

Uno de los casos que más recuerda ocurrió con una perra bernés cuya cuidadora falleció. Aunque se trataba de una mujer con una posición económica estable, la familia no quiso hacerse responsable del animal, que además tenía problemas de salud. Ubaque considera que este tipo de situaciones evidencian que el abandono no está necesariamente vinculado a la falta de dinero, sino a la falta de conciencia sobre la responsabilidad que implica tener una mascota.

El club que lidera también documenta casos similares en redes sociales con el objetivo de desmentir la idea de que los perros de raza siempre están bien cuidados. Además, han trabajado en la formación de una comunidad educativa en torno a la tenencia responsable, orientada tanto a propietarios actuales como a personas interesadas en la raza.

Ubaque sostiene que la compra de un perro puede ser válida siempre que se realice de forma informada y ética. Critica los cruces irresponsables por parte de algunos criaderos, pero destaca que también existen compradores comprometidos que investigan el origen del animal y se preparan para atenderlo durante toda su vida. En su opinión, tanto la adopción como la compra pueden ser opciones legítimas si están basadas en el respeto y la responsabilidad.

No ad for you

El acceso al bienestar animal y las diferencias económicas

Más allá del método de adquisición, los costos asociados al cuidado de una mascota representan una barrera transversal para muchos. Servicios como consultas veterinarias, vacunas, tratamientos para enfermedades crónicas o intervenciones quirúrgicas suelen estar fuera del alcance de numerosos hogares, especialmente en contextos donde no existe una regulación estatal que subsidie o estandarice los precios de la salud animal.

En este sentido, la tenencia de una mascota, ya sea adoptada o comprada, pone en evidencia las desigualdades en el acceso a recursos para su bienestar. Las familias con mayor capacidad económica tienden a tener mayor facilidad para cubrir los gastos que implica mantener a un animal sano, mientras que quienes adoptan desde una motivación ética muchas veces se enfrentan a limitaciones estructurales que dificultan la atención adecuada de sus peludos.

Las decisiones que rodean la adquisición de una mascota no pueden entenderse únicamente desde el plano afectivo. En muchos casos, el tipo de animal elegido, el lugar donde se lo obtiene y los cuidados que recibe también están influenciados por factores de clase social, redes de información, y aspiraciones personales o familiares.

No ad for you

Los testimonios de cuidadores como Gutiérrez y Ubaque permiten observar que, dentro del universo de los perros de raza, existen múltiples realidades: desde la pasión por preservar una línea genética y funcional, hasta los esfuerzos por educar sobre los riesgos que enfrentan incluso los animales más costosos.

El mundo felino: un reflejo de estatus y costos

El universo de los gatos de raza presenta dinámicas similares en cuanto a la percepción como símbolo de estatus y los costos asociados. Razas como el siamés, el persa, el maine coon o el sphynx han ganado popularidad, impulsados por su presencia en redes sociales y la imagen de sofisticación que proyectan. En Colombia, la compra de gatos de raza en criaderos especializados puede implicar una inversión considerable, incluso superior a la de algunas razas caninas, oscilando entre $1.500.000 y más de $15.000.000 (este valor inicial se suma a los gastos continuos de su cuidado).

Al igual que ocurre con los perros, existen asociaciones y criadores dedicados a la preservación y promoción de razas felinas, enfocados en la educación y la tenencia responsable, sin dedicarse a la venta. Sin embargo, al mismo tiempo que estas iniciativas buscan promover un vínculo más consciente con los animales, en la vida urbana y familiar las mascotas han adquirido un papel protagónico que también refleja las desigualdades sociales.

No ad for you

La compra de animales de raza, aunque criticada por algunos sectores, sigue siendo una práctica común que responde tanto a criterios estéticos como simbólicos. Al mismo tiempo, los casos de abandono y negligencia demuestran que ninguna mascota está exenta de riesgo, sin importar su origen o valor de mercado.

Desde La Red Zoocial promovemos la tenencia responsable de mascotas, independientemente de si se opta por la adopción o la compra. Tanto los perros de raza como los criollos merecen una vida digna, libre de negligencia y maltrato. Existen numerosas vías para incorporar un animal a la familia, y lo fundamental es asegurar su bienestar a largo plazo, brindándole los cuidados, el afecto y el entorno adecuado que necesita.

🐾 ¿Quiere estar al día y conocer las últimas noticias sobre el mundo animal? Lo invitamos a verlas en La Red Zoocial. 🐶🐱

Por Mariana Álvarez Barrero

Periodista de la Universidad del Rosario. Apasionada por la agenda global, la literatura y la economía. Además, presentadora de Moneygamia, formato audiovisual de finanzas fáciles de El Espectador.malvarez@elespectador.com

Temas recomendados:

Ver todas las noticias
Read more!
Read more!
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.