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A sus apenas siete meses de vida, Kira y Muñeca ya conocen el abandono, el frío y la violencia. Fueron rescatadas juntas de un caño en el sur de Bogotá, después de que un habitante de calle las arrojara sin compasión. Desde entonces, han vivido en un hogar de paso donde han recibido cuidados, cariño y la oportunidad de sanar. Pero el tiempo corre: ese hogar temporal se les termina este fin de semana, y aún no encuentran una familia definitiva.
Kira y Muñeca son hermanitas inseparables, amorosas y sociables. Conviven con otros perros, gatos y niños, lo que demuestra su carácter noble y adaptable. Ya están esterilizadas, desparasitadas y, próximamente, recibirán sus vacunas. Su recuperación física y emocional ha sido posible gracias al esfuerzo de rescatistas independientes como Emily Benavides, quien ahora lidera la búsqueda de una familia que les dé una nueva oportunidad.
Adoptar no es solo un acto de compasión, también implica una profunda responsabilidad. “Muchos animales son devueltos o abandonados nuevamente porque quienes los adoptan no consideran los gastos ni el compromiso que implica tener un ser vivo a su cargo”, explica Benavides. Alimentación, controles veterinarios, vacunas, tiempo, paciencia y afecto: todo forma parte del cuidado integral que necesita una mascota.
En Colombia, cientos de perros y gatos esperan en hogares de paso o refugios una segunda oportunidad. En el caso de Kira y Muñeca, haber sido rescatadas a tiempo les salvó la vida, pero no es suficiente. Necesitan estabilidad, protección y una familia que las quiera para siempre.
Quien esté interesado en adoptarlas o brindarles un hogar de paso adicional puede comunicarse al 320 7478146. También se aceptan ayudas o apoyo para sus vacunas y alimento.
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