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El encuentro entre Reginald, el perro más alto del mundo, y Pearl, el más pequeño del mundo, demuestra que los nuevos amigos pueden ser de todas las formas y tamaños.
Reginald es un gran danés de siete años que vive en Idaho, Estados Unidos, con su familia. Su altura de 1,007 metros lo hizo poseedor del Guinness World Records al perro vivo más alto del mundo.
Por su parte, Pearl es una fashionista peluda que vive en Orlando, Estados Unidos, y ostenta el título del perro más pequeño del mundo, con tan solo 9,14 centímetros de altura.
El encuentro épico entre el perro más alto y el más pequeño del mundo
Aunque la diferencia de altura es abismal, las familias de estos dos peludos descubrieron que tienen más similitudes que diferencias.
A inicios de abril, el Guinness World Records organizó un encuentro para que los dos animales de compañía se conocieran, interactuaran y tuvieran una productiva tarde de juegos, al mismo tiempo que sus dueños charlaban sobre la experiencia única de tener perros de tamaños tan diferentes.
Lo que pasó cuando el perro más alto y el más pequeño del mundo se conocieron dejó asombrado a más de uno: Reginald y Pearl se llevaron bien desde el primer momento, como si fueran amigos de toda la vida. Empezaron a ladrar, olfatearse y mover sus colas con entusiasmo, para luego recorrer la casa juntos y jugar en el patio.
“Me sorprendió que Pearl no le tuviera miedo a Reggie. Ella estaba tan emocionada e interesada en él”, dijo Sam, dueño del gran danés.
Fue un día muy divertido y emocionante para los animales y las familias, quienes descubrieron que los dos tenían varias cosas en común, tales como su gusto por los suéteres, su amor por sus dueños (por la comida también) y que son animales increíbles y llenos de amor.
Reginald, el perro más alto del mundo
Sam Johnson nunca creyó que su gran danés moteado se convertiría en el perro más alto del mundo, pues cuando nació era el más pequeño de la camada.
“Desde que lo adopté hasta que tenía, diría, un año y medio, creció sin parar. Todos me decían: ‘Es muy alto. Nunca habíamos conocido a otro perro más alto que él’”, recuerda.
Y aunque Reginald ostente este título, su dueño asegura que él no lo sabe y simplemente se comporta como un cachorro. “Diría que la mayor ventaja de tener un perro tan alto es que no tengo que agacharme para acariciarlo, está justo a mi alcance. Mi cara nunca está seca porque siempre me lame, y mi corazón siempre está lleno porque él es lo mejor de todo”, bromea Sam.
La familia ha tenido que cambiar su rutina para adoptarla al bienestar y cuidado del peludo, por ejemplo, tiene un comedero y bebedero especial, además de una gigante cama.
Pearl, la perra más pequeña del mundo
Pearl es la adoración de la familia Semler. Vanessa, su dueña, la describe como una perrita con una personalidad intrépida, que adora roncar, correr por todos lados y exigir mimos todo el día.
“Cuando Pearl conoce perros más grandes, se muestra muy amigable. Creo que no tiene ni idea de que es una perrita pequeña. Normalmente, es muy juguetona con perros más grandes; solo quiere estar cerca de ellos”.
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