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Alaska es una región difícil para casi cualquier persona y mucho más para una mascota, especialmente para Lulu, una golden retriever ciega y vieja, que duró perdida durante más de tres semanas en la zona y fue encontrada, al borde de una carretera, en muy mal estado de salud.
La historia comenzó cuando Lulu, la perrita de los Kubacki, desapareció sin dejar rastro alguno de su casa, ubicada en Halibut Point Road, Alaska, Estados Unidos. De inmediato, su familia empezó a buscarla, pegaron carteles y hasta fueron a los albergues, fundaciones y refugios cercanos para ver si la habían encontrado.
Unos días después de iniciar la búsqueda, los Kubacki recibieron un mensaje de texto de una persona extraña que afirmaba haber encontrado a Lulu con vida. Ellos empezaron a saltar y gritar de la felicidad, sin embargo, su dicha desapareció un segundo después cuando les dijeron que se trataba de una “broma”. “Acostamos a los niños y recibimos un mensaje de texto que decía: ‘Encontramos a tu perro’ y dijimos: ‘Dios mío, esto es increíble’. Entonces la persona me envió un mensaje de texto diciendo: ‘Es broma’”, dijo Ted Kubacki al medio Daily Sitka Sentinel.
A pesar del terrible momento, ellos continuaron en la búsqueda de su perrita, pues Lulu era un miembro más de su familia, especialmente para sus hijos. “Teníamos miedo por ella porque está tan indefensa y uno imaginaba que no podía llegar muy lejos porque no podía ver”, contó.
Continuaron buscándola, pero nada trajo resultados positivos: la mascota había desaparecido por completo y no la podían seguir buscando. Ellos sabían que era una perrita vieja y ciega, así que era muy improbable que sobreviviera sola en la naturaleza.
“Habíamos cancelado su búsqueda. Seguíamos rezándola en nuestras oraciones diarias durante las comidas, pero dejamos de salir a buscarla”, manifestó. Sin embargo, una llamada lo cambió todo y trajo de nuevo la esperanza a la familia.
Dennis Peterson, del equipo de Marble Construction, se encontraba trabajando cuando, de repente, vio a un supuesto oso tirado en un matorral, justo al lado de la carreta. Al principio, pensó que el animal estaba muerto, pues no se movía y además olía muy mal, pero, al acercarse, descubrió que no se trataba de ningún oso, sino de una perrita que estaba viva y necesitaba ayuda.
“Hay un terraplén, alrededor de una caída de 3 o 4 metros, que es solo un cuenco de arbustos de salmón allí abajo y miraron hacia abajo. En realidad, pensaron que era un oso o algo así, y luego la miraron más de cerca y se dieron cuenta de que era una perra y la sacaron de allí”, explicó Kubacki.
Lulu, quien había estado desaparecida desde el 18 de junio, fue encontrada con vida y llevada a un centro veterinario para que la estabilizaran. Así fue como Kubacki recordó ese momento: “Llamé a mi esposa desde el trabajo y solo estaba gritando... Ella simplemente comenzó a gritar y luego les gritó a los niños. Y todos gritaron como locos”.
Todos corrieron en busca de Lulu y lo primero que hicieron fue llorar al verla, pues la perrita estaba en muy mal estado de salud: pesaba 36 kilogramos, pero bajó a 25 cuando la encontraron; estaba sucia, sus ojos estaban llenos de legañas, tenía heridas en sus patas y en otras partes de su cuerpo.
“Solo esperaba regresar y decir: ‘Oye, aquí está mi perra’. Ella va a saltar, menear la cola y besarme la cara, y ni siquiera podía levantar la cabeza. No podía mover la cola. Su nariz era como una galleta, simplemente seca, y estaba toda sucia y con rastas y seguro que había pasado por mucho tiempo”, recordó el cuidador.
Pero, con la adecuada atención médica, descanso, comida y amor de su familia, Lulu empezó a recuperarse. “Lento, pero seguro, ella comenzó a comer y fue capaz de levantar la cabeza y yo tuve que levantarla, levantarla y llevarla a todas partes en su mayor parte”.
A Kubacki, quien estaba feliz por la aparición de Lulu, le empezó preocupar el tema de las facturas, sin embargo, sus preocupaciones fueron innecesarias, pues la misma comunidad se unió y lo ayudó con los gastos de la perrita. “Soy el único proveedor de ingresos para una familia de siete personas y trabajo en una tienda de comestibles, así que no estoy gastando dinero extra... Simplemente, nos enviaron a casa sin un dólar de bolsillo”, expresó.
La historia de la familia Kubacki ocurrió en 2022, no obstante, se ha vuelto a mover en los últimos días en redes sociales. Se desconoce si Lulu sigue viva, pues, al momento de la historia, tenía más de 14 años. Lo único cierto es que la esperanza, en cualquier situación, es lo último que se pierde.
“Tenemos a nuestro familiar en casa. Y para nosotros, en el fondo, eso es lo más importante que se puede obtener de esto”, finalizó por decir Kubacki al Daily Sitka Sentinel.
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