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Es habitual que las personas se sientan abrumadas por la temperatura durante los días cálidos, que también afecta a las mascotas y las puede hacer susceptibles a algunos problemas de salud. De hecho, algunos dueños de animales de compañía pueden disponer de una piscina en casa, por lo que la idea de compartir un chapuzón con su mascota puede resultar atractiva. No obstante, es crucial reconocer ciertos aspectos antes de introducir a los animales en la piscina, como qué tipo de riesgos existen o si terminaría siendo seguro para ellos.
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El portal Purina asegura que es esencial que los dueños de animales nunca dejen a sus mascotas solas, incluso que en las piscinas que son habilitadas para perros. Además, es necesario utilizar una correa para que al bañarse con un perro sea posible desplazarlo fácilmente. Si el can muestra interés en salirse del agua, es recomendable acompañarlo y brindarle ayuda en todo momento.
Cabe resaltar que se debe evitar que los animales beban agua de la piscina, ya que esta puede contener productos químicos, como el cloro, que pueden terminar causándole daño. Purina recomienda que, si es posible, se debe colocar un bol con agua fresca, para que el can se mantenga hidratado. Además, este elemento debe reponerse constantemente, para evitar que el agua se caliente en exceso, permitiéndole al animal satisfacer su sed y reduciendo la posibilidad de que beba del agua de la piscina.
Otra recomendación esencial es tener cuidado con los animales que también están presentes en el ambiente, como las avispas. Algunos canes pueden divertirse al jugar con ellas e intentar cazarlas, lo cual representa un riesgo significativo. De hecho, en caso de picadura, es recomendable acudir de inmediato al veterinario, para evitar complicaciones o posibles alergias.
El portal Kivet también menciona que se debe tener cuidado con la protección solar, ya que la exposición constante a los rayos ultravioleta puede ser perjudicial tanto para los animales como para los humanos. Por ello, se debe evitar alimentar a los canes mientras se bañan, ya que esto podría dificultar su digestión.
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Además, el sol y el calor pueden convertirse en protagonistas de los días de piscina, por lo que se debe llevar una sombrilla o localizar espacios con sombra, para evitar los golpes de calor. Esto también puede incluir altas temperaturas en los suelos de las piscinas, que pueden terminar lastimando las almohadillas de los perros. Por ello, se deben aplicar protectores de almohadillas para evitar el dolor en sus patas.
También, puede ser útil el vigilar las orejas de los perros, ya que la humedad y el calor favorecen la aparición de bacterias en el canal auditivo. Por ello, se debe secarlas siempre que salgan del agua, para prevenir problemas.
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El portal Purina recomienda que para eliminar el cloro y otros residuos de productos químicos, se debe dar una ducha al animal después del último baño, para asegurarse de que no quede ningún residuo que pueda dañar su piel.
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