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Una mujer de Bright, ciudad en Australia, encontró una criatura en su propiedad en 2019. En un inicio, no podía distinguir si se trataba de un zorro o un perro.
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Después de dialogar con varias personas en redes sociales, Jane Guiney llevó al cachorro, a quien llamó Wandi, al Hospital de Animales Alpine. El personal envió una muestra de ADN para realizar pruebas y determinar a cuál especie pertenecía el animal.
Mientras esperaban los resultados, el animal fue enviado a un santuario. Después de semanas de espera, las pruebas determinaron que este animal era un dingo de las Tierras Altas de Victoria. Los dingos son una especie amenazada en Australia, por lo que están protegidos en parques nacionales, bajo la Ley de Conservación de la Naturaleza de 1992.
Según explica la antropóloga Pat Shipman, “un dingo es un lobo en camino de convertirse en perro, pero que nunca llegó a hacerlo”.
Actualmente, Wandi es el dingo más popular del Dingo Discovery Sanctuary and Research Centre, administrado por la Fundación Australiana del dingo, pues cuenta con más de 58.600 seguidores de Instagram.
El santuario anunció en su Instagram que Wandi se unió a su programa de cría, para aumentar la diversidad de su población cautiva de dingos. La fundación cree que el cachorro fue arrebatado de su hogar por un águila. “Creemos que Wandi fue robado por un águila y, después, fue soltado, por lo que sufrió heridas en su espalda, y sus uñas estaban desgastadas, lo que sugiere que había viajado lejos a pie antes de ser encontrado”, comentó la organización.
Cuando fue descubierto por primera vez, varias personas pensaron erróneamente que se trataba de un zorro.
La historia de Wandi y su inesperada aparición en el jardín de la familia Guiney capturó la atención de los medios. Desde su llegada al santuario, este pequeño dingo se ha convertido en un símbolo destacado en la batalla por la conservación de su especie. Por ello, ha emergido como una figura representativa, siendo protagonista en noticieros australianos y documentales.
Al escuchar esta impactante historia, Favel Parrett, voluntaria del santuario, se inspiró para crear un relato con el pequeño dingo como figura principal.
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